Decía Salomé, la famosa canción de Chayanne: «baila que ritmo te sobra, baila que báilame». Pues bien. En Zaragoza hay una academia de danza a la que ritmo le sobra, sí, pero también el ruido, y por eso han puesto en marcha un sistema que les permite no emitir sonido alguno mientras ensayan sus canciones para evitar molestias a los vecinos. Se trata de Zaragozando a lo cubano, una iniciativa puesta en marcha por dos bailarines del país caribeño que no para de crecer en la capital aragonesa. Utilizan unos auriculares especiales que permiten que sus alumnos se concentren en la coreografía sin necesidad alguna de altavoces.

Neilys y Michel, con los cascos con los que imparten las clases. | SERVICIO ESPECIAL

Todo surgió en marzo del año pasado, justo antes de la pandemia, cuenta ahora la impulsora de esta academia, Neilys Marrero que regenta Zaragozando a lo cubano junto con Michel Labrada. «Necesitábamos reinventarnos y dimos con el silence system (sistema silencioso en castellano). En España ya hay discotecas que lo usan y también se ha utilizado en conciertos pero nosotros somos la primera academia de baile que lo utiliza», explica la joven. Así, consiguieron diferenciarse de la competencia pero también evitar problemas con la comunidad de vecinos. Ahora, todas las clases que imparten se dan con estos auriculares inalámbricos.

«Al principio hubo gente que no quiso pero yo estaba muy convencida. Hubo tres alumnos que se fueron de la academia pero a los tres meses volvieron», cuenta Marrero. Y es que otra de las ventajas de usar los auriculares, y más en tiempos de covid, es que pueden salir a bailar a la calle. «Muchas veces a mitad de clase lo propongo y nos vamos a la ribera o a algún parque. Tienen un alcance de 500 metros y solo necesito un ordenador para poder hacer la clase. Así que cuando nos apetece nos vamos», explica. Esto les ha permitido exhibir sus ritmos latinos y caribeños en lugares tan emblemáticos como el paisaje del Ciclón de Zaragoza y todo sin que el resto de personas ajenas a la clase escuchen la música que los alumnos de esta academia están bailando. «La gente cuando nos ve flipa y se ríe. Muchos se acercan a preguntar porque les apetece probar», dice.

Este sistema también les permite conseguir una mayor concentración y que no haya distracciones: «Cuando te acostumbras es como entrar en una realidad paralela. Estás tú solo con la música, no escuchas nada más. Y cuando te quitas los auriculares es como que vuelves a la realidad». El modelo también les permite a estos profesores disponer de tres canales de audio diferenciados, por lo que en un mismo espacio puede haber grupos ensayando hasta tres coreografías a la vez. «Así nadie discute, al que le gusta lo más clásico se lo ponemos y al que le gusta el dance también», explica Michel. Además, los auriculares están conectados a un micrófono que lleva el monitor y también se puede ajustar el volumen individualmente.

El sistema les permite bailar en la calle sin molestar a nadie. | SERVICIO ESPECIAL

La decisión de adoptar esta forma de trabajar supone un coste, eso sí, ya que cada dispositivo cuesta unos 50 euros. En la academia ya cuentan con 40, aunque Neilys y su socio se han hecho con 140 más pensando en un nuevo proyecto: una empresa de eventos silenciosos (se llamará Silence Events Zaragoza) que esperan que, una vez acabe la pandemia, ofrezca una nueva forma de ocio a los aragoneses.

Neilys llegó a Zaragoza hace ahora cinco años y en Zaragozando a lo cubano enseña desde reguetón y bachata hasta ritmos más propios de su país natal, como son la salsa y los temas afrocubanos. «Comenzamos este proyecto hace tres años y ahora tenemos muchas ganas de crecer. Hemos encontrado un sistema que nos hace únicos», presume. Hasta el momento ya cuentan con alumnos con edades comprendidas entre los 20 años (incluso menos) y los 60. A todos les sobra el ritmo pero de ninguno se podrán quejar por tener el volumen de la música demasiado alto.