Las agencias de viajes son un negocio habitual en las ciudades hoy en día. Sus escaparates llenos de atractivas propuestas de escapada salen al paso en las calles del centro y de los barrios.

Pero hubo una época en que salir de viaje por motivos de ocio no estaba al alcance de de todo el mundo y un establecimiento de este tipo tenía algo de exótico, tanto o más que los destinos que ofrecía a sus clientes.

De esa época data la agencia Viajes Vimar, que hoy mismo, 21 de junio, ha cumplido 50 años. La fundó en 1971 Vicente Martínez Esteban en su ciudad natal, Calatayud, donde fue el primer servicio de estas características.

“Eran los tiempos en que los aragoneses viajaban sobre todo dentro de España, sin salir apenas de nuestras fronteras, a lugares tan populares como Mallorca y Tenerife”, recuerda Vicente Martínez, que tenía 22 años cuando fundó la agencia en un acto al que asistieron las primeras autoridades locales.

Hasta ocho sucursales

“Recuerdo que el 71 fue año santo compostelano y que tuve que organizar muchos viajes a Santiago de Compostela”, explica el responsable de Viajes Vimar, que aprendió el oficio en Madrid. “Estaba trabajando en un banco y por las tardes iba a trabajar a una agencia de viajes”, indica.

El fundador, con su hijo Carlos, en las oficinas de la empresa en el polígono El Portazgo. JAIME GALINDO

Andando el tiempo, Viajes Vimar llegó a tener ocho sucursales, seis de ellas en Zaragoza, además de la de Calatayud y otra instalada en Monzón. Con el paso de los años, la empresa, que tiene su propia mayorista (Aragón Tours), se ha ido expandiendo y diversificando, en especial en el sector del transporte de viajeros, tanto en el servicio regular como en el discrecional.

De hecho, Martínez procede de una familia que ya se dedicaba al transporte de viajeros y que cubría varias líneas regulares en la Comarca de Calatayud. Ahora sus autobuses comunican con distintos puntos del extrarradio de la capital aragonesa, como Movera, Pastriz, Villamayor y La Muela, entre otras localidades, además de Zaragoza con Calatayud y el monasterio de Piedra.

De la visita personal al correo electrónico

“Los tiempos han cambiado mucho y ahora se trabaja mucho con empresas en las que sus empleados deben viajar por motivos laborales”, explica Vicente Martínez. Otra transformación importante ha sido la registrada en la forma de operar de las agencias, “que ha pasado de la visita personal a la delegación a las operaciones que se tramitan y solventan mediante correo electrónico y otras nuevas tecnologías de la comunicación”.

Cuando se instaló en Zaragoza, Viajes Vimar no lo tuvo fácil. Había otras siete agencias de viajes y hubo que ofrecer a los clientes potenciales productos atractivos y originales. De ahí que, durante muchos años, su empresa organizó vuelos chárter Baleares durante la época estival, o viajes específicos a Turquía y la Capadocia, por un lado, y a Tenerife, por otro, todos ellos con salida desde Zaragoza.

Particularmente intenso fue el esfuerzo que realizó con éxito para fletar dos aviones semanales con destino a la Exposición Internacional de Sevilla en 1992, una oferta que duró seis meses, tantos como la muestra.

Otra especialidad de Viajes Vimar es la organización de congresos y convenciones tanto en la ciudad como fuera de ella. Uno de sus hitos es haber montado en 1999 un macrocongreso de Medicina General, el más importante por el número de participantes de todos cuantos se habían realizado hasta entonces en la capital aragonesa. En más de una ocasión, la agencia de Vicente Martínez instaló en el Casino de Zaragoza, con motivo de la celebración de encuentros multitudinarios, una carpa con capacidad para casi 2.000 personas.

Uno de los primeros autobuses de la empresa, que realizaba el trayecto entre Zaragoza y Calatayud. VIAJES VIMAR

El negocio mira ya a la era que se abre tras el coronavirus

Viajes Vimar, que se implantó en Zaragoza 1974, se ha visto muy afectada, como todo el sector, por la pandemia de coronavirus. “Se han reducido drásticamente las salidas al extranjero y ahora, igual que cuando empezamos, solo se venden prácticamente viajes por España, más algunos por el sur de Francia y por Portugal”, indica Carlos Martínez, hijo de Vicente. “En la actualidad, el 95% de la demanda es de producto nacional”, precisa.

Las agencias de viajes, señalan Vicente y Carlos Martínez, han visto en algunos casos cómo descendía su facturación hasta un 90%, lo que ha colocado a muchas de ellas al borde del cierre. A ello se une la feroz competencia de las grandes cadenas que, si bien también se ven afectadas por el descenso de la actividad, hace años que limitan la acción de las agencias de empresarios individuales, de las que en estos momentos resisten en Aragón en torno a 15 o 20 establecimientos.

Varias recesiones

“Pero no es la única crisis que hemos sufrido”, advierte Vicente. “En 1993 hubo un descenso muy acusado de la actividad y después de la Expo de Zaragoza, en el 2008, se produjo otra recesión”, afirma. “Pero esta que vivimos en la actualidad es la peor con mucho”, subraya.

Vicente Martínez, a la izquierda, asiste a la bendición de su agencia hace 50 años, en Calatayud. VIAJES VIMAR

La llegada de internet y de otras nuevas tecnologías también ha influido en el modelo de negocio. De hecho, en estos momentos el sector de viajes organizados se está replanteando su futuro.

“Nosotros aportamos algo que no da internet: la especialización, la experiencia y la confianza”, manifiesta Carlos Martínez. “Hay personas que, tras buscar horas y horas en internet, recurren a nosotros porque no han logrado asegurar todos los aspectos del viaje que se proponen realizar, ya sea en cuestión de alojamiento, transporte o actividades”, precisa.