La plaza del Pilar de Zaragoza ha vuelto a sonreír después de un año y medio muy difícil. La desescalada avanza a gran velocidad, acompañada de un ritmo alto de vacunación y los mejores presagios invitan a pensar en el optimismo. La actividad turística aragonesa vuelve a renacer. La plaza peatonal más grande de Europa ha presentado un gran aspecto esta mañana de domingo, una matinal calurosa, con más de 30 grados, con largas colas para visitar el interior de la Basílica y unas terrazas a reventar. Zaragoza, podría concluirse, recupera la alegría y los turistas, para rememorar los meses de verano previos a la pandemia.

La quinta ciudad más grande de España es todos los años un atractivo turístico de primer nivel. Sobre todo, para los vecinos del resto de ciudades españolas, que en mayor número que los extranjeros, visitan estos días las calles y lugares emblemáticos de la capital aragonesa. "Hemos venido de turismo para celebrar el cumpleaños de la hija pequeña, la selectividad, un poco todo. El calor es normal de esta época ¿no?", se preguntaba Ricardo, quien visita durante tres días Zaragoza junto a sus hijos Kike y Leire, y su mujer Ana. "Bien, todo limpio, muy ordenado", destacaba el padre de esta familia de Bilbao. Resulta que la limpieza de la ciudad es uno de los aspectos que han remarcado varios de los turistas nacionales que paseaban esta mañana por el centro zaragozano. "Es la primera vez que estamos. Esta súper limpio, yo estoy alucinada, muy limpio y animado, y la gente súper maja", decía Ana, una joven madrileña que pasa este fin de semana en Aragón junto a Álvaro, su pareja.

La decisión de venir a Zaragoza fue, principalmente, económica. "Queríamos salir el fin de semana y lo más barato era Zaragoza, estaba muy bien de precio", afirmaba. Si bien, el tiempo les ha engañado. Esperaban algo muy distinto... "Mucho calor (sonreía). Yo me esperaba el cierzo típico de la zona. Veníamos preparados de largo por si hacia frio por la noche, pero con la chaquetilla bien", apostillaba Ana.

Mapa en mano iba Sergio García por la plaza del Pilar. Es de Salamanca, explicaba con prisa, y está pasando unos días en Soria. Desde allí, él y unos amigos habían decidido visitar Zaragoza “en el día”. “Hemos ido a ver la basílica, porque es un icono. Pero nos ha sorprendido que no haya que pagar. Entras y ya está. Quizás por eso no haya que esperar casi. Está muy bien organizado”, decía. Por la tarde, habían planteado ir a la Aljafería y contemplar, desde fuera, las ruinas del Teatro Romano. Zaragoza tiene diferentes alternativas turísticas repartidas por la ciudad. Otro, buscan el ocio. "Hemos venido al parque de atracciones y de paso hemos venido a visitar la Basílica. Mi amiga sí que había estado ya aquí, pero yo no", expresaba Leire, vecina del País Vasco, quien visitaba la ciudad junto a su amiga Yoana y los niños.

Zaragoza ha tenido este domingo lugar para todos. Visitas turísticas teatralizadas para los más pequeños, despedidas de soltera --con gente de Huesca y Barcelona--, un grupo de amigos que venía de visita desde la ciudad condal y hasta una pareja de compañeros de viaje, llegada desde Reus, que se encontraban realizando el Camino de Santiago a una rueda. "Hace dos años, antes de la pandemia, habíamos hecho un tramo tradicional y nos gustó tanto que lo volveríamos a hacer completo, desde casa", explicaba Jose. "Ideamos una ruta para el camino que viene del Ebro desde Tortosa, el camino Jacobeo del Ebro, llegamos a Zaragoza y ahora buscaremos el camino para llegar hasta el final, quizás el del norte. Habíamos estado ya, pero nunca habíamos estado por el camino del río, porque de normal vienes en coche", señalaba Daniel. Por delante, un largo recorrido hasta llegar a Santiago de Compostela.