Una representación de los trabajadores de Avanza, la empresa que gestiona el servicio de autobús urbano de Zaragoza, se reunió este jueves con la compañía para tratar de desatascar el proceso negociador que debería desembocar en la firma de un nuevo convenio. Estas conversaciones, que se iniciaron en el año 2019, se han retomado ahora después de la huelga parcial que puso en marcha la plantilla el febrero pasado y que se extendió, con diferentes formatos, hasta el pasado jueves 1 de julio.

El encuentro se produjo a petición de la empresa, si bien los trabajadores critican que Avanza llevaba sin querer reunirse desde principios de junio, cuando se vieron en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje. El resultado de las conversaciones mantenidas fue el establecimiento de un calendario de negociación que llevará a las partes a sentarse en una mesa todos los martes y los jueves de este mes de julio, según fuentes del comité de la empresa.

Para Avanza, este hecho supone la apertura «de un nuevo ciclo» en las que la empresa «va a seguir negociando para encontrar el máximo número de puntos de acuerdo posibles». Tras la reunión, la adjudicataria del servicio de autobuses espera «iniciar una nueva dinámica» en este proceso, si bien desde el comité no se mostraron tan triunfalistas. Este viernes, las secciones sindicales se juntarán para valorar el encuentro y tomar una postura de cara a las próximas citas.

Desde el Colectivo Unitario de Trabajadores (CUT), el sindicato con más representación en la plantilla, apuntaron de todas formas que esperan que a finales de este mes pueda concretarse la firma del nuevo convenio, pues ya llevan dos años con este asunto entre las manos y no quieren que se alargue mucho más. Por el momento, el comité descarta acciones y movilizaciones porque quieren darle un voto de confianza al proceso negociador que, por otra parte, esperaban que fuera a ser más intenso: en vez de dos veces por semana habían pedidor reunirse tres.

«Ayer (por el jueves) la empresa no nos trajo ninguna novedad», informaron desde CUT, si bien esperan que la apertura de este nueva dinámica dé sus frutos. La empresa reconoció, según los trabajadores, que la huelga les ha hecho daño y parece que quieren evitar llegar a ese punto otra vez.

Desde el comité temen que «la empresa siga anclada en el mismo discurso que hasta ahora» y opinan que Avanza debería aprovechar el fin de la huelga para flexibilizar sus postulados «ahora que hay paz social».

Entre las principales reivindicaciones de los trabajadores está la regulación de las jornadas de trabajo para que la empresa no pueda modificar los turnos de un día para otro, lo que dificulta la conciliación de la plantilla. Además, piden que se establezca un sistema para poder fichar al entrar y salir del puesto de trabajo, dado que «lo marca la ley» y ello permitiría controlar cuánto tiempo están activos. Según el comité, los conductores realizan cada día unos 10 minutos fuera de su jornada, que al año suponen 800 euros por trabajador que la compañía, contratada por el ayuntamiento, se ahorra.