El Ayuntamiento de Zaragoza ha sacado a licitación el montaje de la estructura de la Virgen del Pilar para la Ofrenda de Flores sin conocer todavía las directrices de Sanidad. Desde el consistorio siguen a la espera de reunirse con este Departamento del Gobierno de Aragón para conocer las limitaciones a las que tendrán que hacer frente de cara a las próximas fiestas, y a sabiendas de que podrían verse alteradas por la situación epidemiológica. Pero, a la espera de este encuentro, desde la sociedad Zaragoza Cultural han iniciado todo el proceso para poder llegar a tiempo en caso de que la pandemia del coronavirus permita celebrar las fiestas. Algo que ya se ha hecho con el recinto ferial que el ayuntamiento tiene previsto abrir, con cambios y aforos.

La estructura, cuyo montaje asciende a 78.100 euros, no alberga diferencias respecto a otros años. El andamio tendrá el mismo tamaño pero quizá distintos accesos, ya que la pandemia --independientemente de la situación epidemiológica--, exigirá actos en los que no se formen aglomeraciones y donde se puedan respetar las distancias de seguridad.

Que el tamaño vaya a ser el mismo significa que el ayuntamiento tiene intención de celebrar una ofrenda tradicional, con una gran afluencia de público que se organizará en distintos recorridos y, quizá, con un aforo más reducido por cada grupo. El año pasado se tanteó celebrar este acto con una representación por agrupación, aunque finalmente se tuvo de desistir.

Fiestas virtuales

Para compensar la anulación de las fiestas, el año pasado se celebró una ofrenda de flores virtual que, según se anunció, se mantendrá en el tiempo para que personas de todo el mundo puedan dejar sus ramos a la virgen, aunque sea de forma telemática. No obstante, para este año la presencialidad en este acto tradicional es una de las bazas del equipo de PP y Cs, que pretende que Zaragoza sea la primera gran ciudad española que celebre unas fiestas en tiempos de covid.

Con ese mismo pensamiento se presentó hace dos semanas a Ander Herrera como pregonero para 2021 y en el acto en el que se desveló el nombre del anunciador de los Pilares, Azcón afirmó que espera que el pregón pueda ser «lo más parecido a lo normal». Entonces, eso sí, esta nueva ola de contagios era inesperada y la incidencia se mantenía en mínimos que invitaban al optimismo. Ahora la situación es bien diferente y, con el verano ya comprometido, habrá que ver lo que ocurre a partir de septiembre. Si bien es cierto, para llegar a tiempo, se pueda celebrar la ofrenda como siempre o no, había que licitar ya su montaje.

Todo, de todas formas, queda pendiente de lo que decida también el Consejo Local ampliado a finales de este mes o a principios de agosto. Entonces, los representantes de las instituciones aragonesas (DGA, provincias y municipios) deberán decidir, bajo las directrices de la Consejería de Sanidad, si se levanta el veto a las fiestas patronales a partir del 31 de agosto, momento hasta el cual están prohibidas. Si no es así, los Pilares, como le ha ocurrido a La Vaquilla de Teruel por segundo año consecutivo, tendrían que esperar hasta 2022.