La reforma de la zaragozana plaza de la calle Estébanes, situada en pleno corazón de El Tubo y copada por las sillas y barriles del bar Almau, ha generado cierto revuelvo entre los hosteleros de la zona. Por eso, el PSOE preguntará en la próxima comisión de Urbanismo sobre este asunto e instará al concejal del área, Víctor Serrano, a que antes de actuar escuche a los afectados por la reforma. 

Este espacio, de unos 500 metros cuadrados y situado entre la calle Libertad y la confluencia con las calles Cinegio y Ossau, lleva más de diez años a la espera de una intervención, se convertirá en una plaza en su tramo central, permitiendo el esponjamiento de la vía y generando dos parcelas de uso residencial a ambos lados de la plaza. La ejecución por el ayuntamiento de la urbanización supone un coste de unos 130.000 euros que posteriormente se repercutirán sobre los propietarios

Una decisión que no acaba de convencer en las filas socialistas. «El ayuntamiento va a desalojar a dos establecimientos emblemáticos de la ciudad sin negociar ni hablar con ellos. Aseguran que la hacen para que se vea la Torre San Gil, algo que no tiene sentido porque va a seguir sin verse», ha asegurado la portavoz del PSOE, Lola Ranera.

La socialista explicó que esta zona una calidad gastronómica reconocida «internacionalmente y es un foco turístico de la ciudad». Por este motivo, «no tiene ningún sentido que de la noche a la mañana estos comerciantes se enteren por los medios de comunicación de que se les va a desalojar», ha reiterado.

La portavoz del PSOE ha insistido en que esta obra debería ser fruto del consenso y el diálogo entre los propietarios de los establecimientos. «Que Serrano justifique este expediente y que se siente a negociar con los establecimientos afectados», ha denunciado la concejala en la calle Estébanes.