Zaragoza tiene un parque residencial muy envejecido. Un 60% (194.780 viviendas) se construyó antes de 1980 y un 46,6% (183.480) entre 1940 y 1979 lo que significa que muchos carecen de ascensor, no son accesibles y tampoco eficientes energéticamente. Además, el 12% no dispone de instalaciones de calefacción.

Con estas cifras, la antigüedad de los edificios de la capital aragonesa supera la media a nivel nacional, con un 56% de residencias anteriores a los 80 y un 40% construidos entre 1940 y 1979.

Son los datos que se incluyen en el informe Diagnóstico de la ciudad de Zaragoza en clave de la Agenda Urbana realizado por Ebropólis para poder adecuar los objetivos de la ciudad a la Agenda Urbana 2030, un marco estratégico impulsado por el Gobierno central al que se va a adherir la ciudad.

Para tratar de adecuar estos inmuebles a los nuevos requisitos de la Unión Europea, desde el consistorio se está apostando por la rehabilitación, tratando de garantizar la accesibilidad universal y la mejora de la eficiencia energética y entre 2020 y 2021, el ayuntamiento va a destinar un total de 13,9 millones de euros .

Zaragoza es una ciudad pionera en la implementación de políticas activas de fomento de la rehabilitación edificatoria aunque, por ahora, solo se ha actuado en un 30% de los edificios de más de 40 años, según el informe. A este ritmo, se calcula que se tardaría 300 años en actuar sobre las 183.480 viviendas construidas entre 1940 y 1980 que son las más obsoletas. La mitad si solo se actúa en las familiares de más de cuatro alturas sin ascensor (44.410), «las más necesitadas de actuaciones sobre la envolvente y de supresión de barreras arquitectónicas», aseguran desde Ebrópolis.

Un 24% de los inmuebles de Zaragoza carece de ascensor o rampas que salven las barreras arquitectónicas, por lo que existen líneas de financiación concretas y del 2019 al 2020 se ha cuadruplicado la cifra de elevadores instalados, pasando de 24 a 103.

Estas viviendas se concentran en los barrios consolidados, los de toda la vida, donde poco a poco se han ido disparando los precios del alquiler, también de compra, expulsando a las poblaciones más vulnerables, incapaces de hacer frente a estos precios.

Las dos 'Zaragozas'

Además del Casco Histórico y los primeros ensanches de principios del siglo XX, los barrios más poblados, construidos en los años 40 a 80 del siglo pasado, la compacidad es muy alta, con una buena red de transporte publico y accesibilidad a equipamientos y servicios. En cambio, tienen un gran déficit de zonas verdes y espacios libres públicos. Todo lo contrario a lo que sucede en los barrios de nueva creación, como Distrito Sur o Parque Venecia.

Según el informe de Ebrópolis, el número de metros cuadrados de suelo urbanizable que hay por habitantes en Zaragoza supera, y con creces, al resto de grandes ciudades. Por ejemplo, en la capital hay 181,63 metros cuadrados por habitante, mientras que Madrid la tasa es de 100,25; en Barcelona de 49,69; en Valencia de 63,58 y en Sevilla de 108,01, con una población similar.

Desde Ebrópolis desaconsejan de cara al diseño del futuro de la ciudad que se incluirá en la Agenda Urbana la expansión de la capital. Aseguran que la ocupación «artificial» de suelo de Zaragoza, con 714.000 habitantes repartidos en 120,77 km2, «es muy preocupante» ya que indica que se ha hecho un uso del suelo «completamente desproporcionado e insostenible» lo que supone un alto coste público en cuanto a la conservación de tamaña superficie urbanizada.

Añaden entre sus consecuencias el gasto que genera en dotar de una red de transporte público a todos los barrios y el impacto medioambiental de emisiones de CO2 de los automóviles privados y público.

Según este mismo documento, con los nuevos desarrollos residenciales y terciarios impulsados entre el tercer y cuarto cinturón se ha distorsionado esa compacidad que sí se produce en la ciudad consolidad.