La Policía Nacional estaba detrás de él después de que un joven resultara herido de arma blanca en el cuello durante un robo en el Parque Grande José Antonio Labordeta de Zaragoza sin imaginar que casi cuatro horas después iban a detenerle en el interior del centro de especialidades Inocencio Jiménez donde se coló y rompió parte del mobiliario y varios ordenadores.

Todo ocurrió en la noche del viernes. Faltaban diez minutos para las 00.00 horas de ayer sábado cuando un joven que se encontraba en el parque José Antonio Labordeta sufría un robo violento por parte de un hombre. La víctima llamó a la sala del 091 que rápidamente movilizó varias patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón y a sanitarios del 061. El denunciante tenía un corte en el cuello, a la altura de la nuca, que un hombre le acababa de hacer tras un forcejeo en el que le había pedido que le diera todo lo que llevaba encima.

Otro zaragozano que se encontraba en la zona acudió a asistirle a la espera de que llegara la Policía viendo al sospechoso salir corriendo en dirección al Quiosco de la Música. «Hombre de raza negra, con pelo corto, camiseta blanca, pantalón vaquero y cazadora marrón, 1,85 de altura y con acento sudamericano», fue la descripción que el agredido dio a los agentes. Trataron de encontrarlo tras peinar la zona, pero no tuvieron suerte, así que las patrullas estaban avisadas. El agredido fue trasladado al hospital universitario Miguel Servet, donde le pusieron puntos de sutura en la zona.

Volvieron a saber del supuesto agresor a las 2.00 horas del sábado. Estaba en la tercera planta del centro de especialidades Inocencio Jiménez, en la avenida Navarra de la capital aragonesa. Quien pedía ayuda era el vigilante de seguridad tras observar en el sistema de cámaras de grabación que una persona se había colado y que estaba provocando importantes daños materiales.

Amenazas

Lo redujeron no sin antes mostrar resistencia y gritar: «Voy a matar a todos los médicos». El hombre descrito por la víctima del robo violento era A. W. S., de 31 años y de origen dominicano. En su haber tiene antecedentes policiales por robos violentos.

Ante tal circunstancia, los agentes allí presentes se entrevistaron con el guarda, quien les explicó que este joven había accedido al centro sanitario por el garaje, tras apartar la cadena. Luego cogió dos conos de señalización mientras hacía un gesto amenazante a la cámara.

Ya en el interior empezó a romper todo lo que encontraba a su paso, desde los muebles hasta ordenadores que tiró al suelo. El hospital parecía el escenario de una batalla campal. Unos daños que, por el momento, no están cuantificados. Por suerte, en ese momento no había ningún paciente y tampoco ningún sanitario que, por los gritos del sospechoso, eran el objetivo de esta persona que iba armada con un cúter.

El arrestado no estuvo ni 24 horas en dependencias policiales, ya que fue puesto ayer a disposición del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza cuyo magistrado, en funciones de guardia, acordó la prisión provisional para el sospechoso por un delito de lesiones, otro de robo con violencia y daños.

Durante el año 2020 se registraron un total de 236 agresiones a sanitarios (diez de ellas en domicilios particulares) y durante el primer semestre de 2021 se han comunicado 153, seis de ellas en domicilios. El 061 ha implantado el uso del dispositivo de alerta de agresiones para el personal de transporte urgente, un botón que va conectado vía bluetooth al teléfono móvil con el que cuenta cada vehículo y donde se registran las direcciones exactas a las que acuden los profesionales, de modo que, en el caso de su activación, salta una alerta en el 112 con la ubicación precisa donde se encuentra el sanitario.