Ó. H. G. se ha enfrentado este martes en la Audiencia de Zaragoza a una pena de cuatro años de cárcel por, supuestamente, robar el cajetín de la caja registradora de un bar de la calle San Miguel que solo contenía 120 euros.

Los hechos ocurrieron el 29 de noviembre de 2020, sobre las cinco de la madrugada, en pleno confinamiento. Una patrulla de la Policía Local que había sido avisada de que se había producido un robo en un establecimiento le dio el alto en la calle Coímbra al verlo en actitud sospechosa, "como tratando de esconderse entre los coches".

"No nos dio una explicación coherente de por qué estaba allí a esas horas y dimos una batida por los alrededores", ha dicho un agente de policía. "A unos 15 o 20 metros de donde estaba el sospechoso, en un acceso al río Huerva, descubrí el cajetín de una caja registradora que resultó ser la del bar asaltado", ha añadido. Sin embargo, el dinero sustraído no apareció.

El acusado ha negado que él fuera el autor del robo y ha explicado que fue detenido cuando se dirigía a dormir a casa de su hija. "Soy consumidor de droga y volvía del Gancho", ha asegurado.

"Trató de esconderse porque había toque de queda"

Su abogada defensora, Raquel Ginés, ha solicitado la absolución alegando que los "indicios incriminatorios" son "muy débiles" y que su cliente "trató de esconderse porque, en aquellas fechas, no se podía estar en la calle a las cinco de la madrugada porque había toque de queda".

"Además", ha agregado, "no se le puede atribuir la autoría del robo de una caja registradora que apareció a unos metros de donde se encontraba". Asimismo, ha esgrimido que no se hizo un estudio de las huellas dactilares en la caja registradora y en la barra del bar.

La dueña del local ha dicho que se enteró del robo porque sonó la alarma y recibió un aviso en su móvil. Las cámaras de seguridad grabaron a una persona que vestía ropa oscura y el acusado llevaba, cuando fue detenido, una cazadora reversible gris por un lado y oscura por otro.

Una patrulla de la Policía Nacional se presentó en el lugar del arresto y uno de los agentes se dio cuenta de que el sospechoso "estaba sudando a todo sudar", pese a ser el mes de noviembre.

La fiscal ha llamado la atención sobre el hecho de que el acusado, que tiene antecedentes por otros cuatro robos con fuerza, ha dado en el juicio una versión distinta de la que relató en la fase de instrucción, "cuando contó que había discutido con su padre y se dirigía a casa de un amigo cuando fue detenido".