El boom de los patinetes, bicis y motos eléctricas y compartidas en Zaragoza comenzó en septiembre de 2018. Fue cuando llegaron las primeras unidades a la ciudad, que recibía estos nuevos vehículos de movilidad personal (VMP) sin una regulación acorde y sin saber muy bien qué respuesta tendrían. Hizo falta poco para que los patinetes colonizaran los carriles bici. Más tarde sucedió lo mismo con las dos ruedas, y con las motocicletas, que tímidamente se lanzaban a compartir calzada. Ahora, tres años después y tras haber coincidido hasta cuatro empresas de patinetes en el tiempo, tres de bicis y dos de motos, la oferta se ha quedado reducida a mínimos.

Actualmente quedan dos compañías de patinetes, Reby y Bird, esta última con 850 unidades todavía por las calles. No hay motos de alquiler, que se fueron de repente, sin devolver los saldos pendientes a sus usuarios. Y para las dos ruedas todavía sobrevive Bizi Zaragoza, con 14.500 abonados y 90.000 usos al mes, y alguna que otra unidad de Electric RG, ya de retirada. Recuperar la situación previa no será inmediato y hasta bien avanzado el 2022 no se volverá a disfrutar de la variedad que acostumbraban a tener los zaragozanos.

Hay una razón de peso para que Zaragoza haya pasado de ser una de las ciudades de España con más oferta a tener un servicio mínimo, alterando los hábitos de los ciudadanos, cada vez más concienciados con la necesidad de desplazarse en vehículos sostenibles.

Se ha llegado a esta situación porque el consistorio está regulando el uso del espacio público y para ello ha limitado el número de empresas que pueden desplegar sus flotas en la capital. Dos por cada servicio que, además, tendrán que pagar un canon anual.

Por ahora se ha licitado y adjudicado el servicio de bicis y motos, que serán las primeras en volver a la capital aunque tienen hasta finales de enero para desplegar sus unidades. 

Las compañías Reby e Idribik-Mobike han sido las ganadoras del concurso que en cualquier momento podrían reaparecer. La primera desplegará 840 unidades y la segunda 1.250. El 20% de las bicis (de cada empresa) deberá contar con un motor para agilizar los desplazamientos y todas ellas un candado físico para anclarlas a los aparcamientos. Una de las novedades de la ordenanza de Movilidad en la que está trabajando el ayuntamiento es la prohibición de aparcar en las aceras y la obligación de hacerlo en los puntos habilitados.

En el caso de las motos, las ganadoras del concurso fueron Reby y Mobilitas Futurus, que pondrán a disposición de los zaragozanos 450 vehículos eléctricos, hasta alcanzar las 900. Como sucede con las bicis, tienen tiempo para desplegar su flota, hasta finales de enero y desde el consistorio desconocen cuáles son sus intenciones.

Los patinetes, sin fecha

Así que Zaragoza no podrá presumir de volver a tener bicis y motos de alquiler hasta febrero, como tarde. No sucederá lo mismo con los patinetes porque el pliego está en fase de «aclaraciones» dado que las empresas interesadas plantearon dudas al respecto. El consistorio acaba de resolverlas por lo que el proceso recuperará los cauces habituales. Según dicen desde Movilidad, es posible que la adjudicación se haya formalizado antes de final de año.

Sería el escenario ideal, aunque no pueden garantizarlo. Como el proceso se ha dilatado más de lo previsto, a las empresas que estaban hasta ahora en marcha se les autorizó a seguir operando en la ciudad hasta que se formalizase la adjudicación.

En el contrato de patinetes, el ayuntamiento avala la explotación de 1.200 unidades que deberán incluir un candado físico para que, igual que sucederá con las bicis, se estacionen en los espacios habilitados. Funcionará por geolocalización de manera que solo permitirá finalizar el trayecto una vez que compruebe que está en el lugar correcto. Las empresas podrán optar a un mínimo de 400 unidades y un máximos de 600.

Los zaragozanos han pasado de tener una oferta de lo más variada a quedarse sin opciones. Una situación que se ha producido en un momento en el que el uso de los vehículos de movilidad personal son más utilizados que nunca.

Con la pandemia los carriles bici experimentaron un importante aumento de usuarios que aprovecharon las unidades eléctricas y compartidas para desplazarse de una forma individual y al aire libre. Además de sostenible. Un hábito, y moda, que ha llegado para quedarse. 

Las bicis azules buscan alterativas para quedarse

La empresa aragonesa que puso de moda las bicis eléctricas en Zaragoza, Electric RG, está buscando una fórmula que le permita seguir operando en la ciudad. Según explicó Ángel Baigorri, uno de los dos zaragozanos que impulsaron este servicio, tienen pensado proporcionar bicicletas o patines a los clientes, además del cargador. De este modo, tendrán un vehículo «únicamente» para ellos que estaría conectado a través de una aplicación móvil donde podrían bloquearlo, desbloquearlo o localizarlo por gps.

Baigorri señaló que este nuevo servicio beneficiaria sobre todo a los trabajadores de plataformas digitales como Glovo, que podrían disponer de un vehículo de movilidad personal (VMP) que, en caso de que sufriera una avería sería sustituido sin un coste añadido.

Esta oferta va dirigida para todo tipo de público y todavía quedar per ver cómo se formalizaría el alquiler y cuáles serían los precios. Este fundador de la empresa explicó que pueden alquilar vehículos de manera convencional a particulares desde una tienda, física u online y aseguraron que el consistorio no les ha puesto reparo alguno.

Esta es una de las alternativas más viables que han encontrado para mantener su flota, al quedarse fuera del contrato de bicis que licitó el consistorio y que ganaron, como es el caso de Mobike, que ha retirado todas sus unidades con la intención de renovarlas.

Según adelantaron, tienen previsto desplegar sus nuevas bicicletas en «en cuatro o cinco meses». Esta empresa permitía abarcar una gran demanda en Zaragoza. De hecho, ahora que ya no está operando muchos son los que han tenido que readaptar sus hábitos, acostumbrados a dispones de un bicicleta con cierta facilidad.

Las nuevas empresas tienen todavía varios meses para aterrizar (o volver) a la capital aragonesa ya que el plazo que otorgó el ayuntamiento en la licitación, de seis meses, finaliza el próximo mes de enero. 

Uso, accidentes y sanciones

El último conteo que hizo el consistorio, revelaba que el uso de la red ciclable se había disparado un 79,10% en los dos últimos años. El 77% iba pedaleando mientras que el resto, un 22%, lo hacía en patinetus metus, eget porttitor libero.

El año pasado, los patinetes protagonizaron 101 siniestros, un 13% menos que en el 2019, cuando se dispararon hasta los 116. El incremento fue de un 383% respecto al 2018 por la implantación de las primeras empresas de alquiler de patinetes eléctricos a la capital. En la mayoría de los casos (40%), los accidentes se producen por no respetar la preferencia de carril bici y por caídas en la calzada.

En el 2019, la Policía Local de Zaragoza interpuso 137 sanciones a usuarios de VMP, de las que 127 fueron por arrojar un resultado positivo en la prueba de etilometría y diez en la de drogas. Las cifras se redujeron en el 2020, en parte, por los meses de confinamiento, hasta las 64 multas por ingesta de alcohol y las seis por drogas.