El Ayuntamiento de Zaragoza quiere producir energía verde y limpia para el autoconsumo y para su venta directa y quiere hacerlo por dos motivos. Por un lado está el medioambiental, ya que contribuirá a la descarbonización de la economía reduciendo las emisiones de CO2. El segundo tiene que ver con lo económico. El consistorio vendería prácticamente la totalidad de la energía limpia generada. Los ingresos, que serán importantes, dependerán, eso sí, del precio del mercado. Un proyecto a corto plazo que se llevará a cabo en el cementerio de Torrero a través de la empresa Levitec siempre que resulte adjudicataria en la convocatoria de la subasta del REER_(Régimen Económico de Energías Renovables) que se celebrará el próximo martes.

Solo en el caso de que Levitec resultase adjudicataria, el ayuntamiento pondría en marcha toda la maquinaria para instalar hasta 8.000 placas solares en las cubiertas del cementerio de Torrero, que tendrían que estar a pleno rendimiento antes del 30 de junio de 2024, el plazo que fija el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

La instalación permitiría suministrar energía limpia a 2.000 hogares españoles, alrededor de 8.000 personas, y el ayuntamiento reservaría una pequeña parte para el autoconsumo y cubrir la demanda del camposanto con energía solar. Esto supondría un ahorro económico, que se sumaría a los ingresos por la venta de la energía, pero, lo que es más importantes, con estos paneles solares, la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera alcanzarían las 1.600 toneladas.

El lugar elegido

El concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, ha explicado que se ha elegido el cementerio porque sus cubiertas permiten la instalación de un elevado número de placas y porque se encuentra junto a una subestación de energía.

Desde la concejalía llevan meses trabajando para poder presentarse a esta subasta convocada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. El concurso es de 3.000 megavatios eólicos y fotovoltaicos y el plazo de ejecución estimado, antes de julio de 2024, se ha fijado con la clara intención de influir en los precios del mercado y rebajarlos. De los 5.000 megavatios totales de la subasta, el Ministerio reserva 300 para los entes locales y el consistorio solicitará una potencia de 5 megavatios.

Si el ayuntamiento, a través de la empresa aragonesa en cuya sociedad el consistorio tendrá una participación del 25%, gana la subasta, tendrá que construir desde cero una instalación de generación de tecnología solar formada por los 8.000 paneles fotovoltaicos que se colocarán en las cubiertas del cementerio de Torrero. Ocuparan una superficie de 65.000 metros cuadrados, prácticamente las cubiertas de todos los nichos de la zona nueva del camposanto, y generarán la energía necesaria para unos 2.000 hogares con un consumo medio de 3.500 kilovatios a la hora.

Serrano, que asegura que este proyecto es un paso importante para la ciudad, ha explicado que no es necesario que el ayuntamiento acuda a la subasta «nominalmente», por eso asume el proceso Levitec. Si el resultado fuera positivo, se tendrá que formar una sociedad ya que para promover este proyecto es necesaria la colaboración público-privada.

El concejal ha destacado el impacto medioambiental que tendrá en la ciudad, ya que permitirá reducir las emisiones de CO2 y convertir el camposanto en unas instalaciones verdes 100% sostenibles.

Una fuente de ingresos

Los ingresos que obtendrán las arcas municipales serán reseñables. Aunque Serrano apunta a que es pronto para hacer estimaciones, sí que ha admitido que será una fuente de ingresos significativa que variará según el precio del mercado.

Zaragoza va a ser una de las primeras ciudades de España (quizá la única, como prevén desde el ayuntamiento) en acudir a una subasta pública de energía renovable. Un paso de gigante para la capital que se enmarca en la estrategia de sostenibilidad y agenda climática del consistorio y que tiene como meta conseguir que la capital sea una ciudad climáticamente neutra en 2030. También en el Plan de Ahorro y Transición Energética que plantea acciones para reducir el consumo, los costes y, sobre todo, la contaminación.

Según Serrano, este es solo el principio, un proyecto que coloca a Zaragoza a la vanguardia y «que será copiado» por otras ciudades porque, en definitiva, todas comparten el mismo problema: el cambio climático, y todas deben atajarlo con políticas verdes.