El Ayuntamiento de Zaragoza ha ejecutado el 55% de las obras de los barrios rurales incluidas en el convenio con la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), muchas de las cuales llevan años de retraso. Las que siguen pendientes son las más importantes, las que exigen una inversión mayor como los pabellones municipales de Garrapinillos o Montañana y que se harán en los próximos dos años. Puede que no sean las únicas porque el consistorio ha solicitado a la diputación permiso para destinar el remanente de los proyectos ya ejecutados (dinero sobrante) para realizar obras menores, como pavimentaciones, mejoras en la iluminación o el arreglo de calles y caminos. En total, 555.711 euros pretenden invertir en otros proyectos menores.

Los alcaldes de barrios han denunciado en reiteradas ocasiones el incumplimiento del convenio entre el ayuntamiento y la DPZ. En marzo, ambas instituciones ampliaron sus acuerdos y compromisos pero incluyeron todos los trabajos que se quedaron pendientes del anterior convenio, el que se firmó con Zaragoza en Común (ZeC) al frente de la Alcaldía. No fueron pocos, hasta 24, que Jorge Azcón se comprometió a ejecutar y a asumir el 50% de los posibles sobrecostes respecto a la cantidad total que aportó la DPZ, unos 4,6 millones. El resto, el que asume la provincia, ronda los 2,3 millones y están incluidos en su aportación hasta el 2024.

Los proyectos terminados

Por ahora, se han ejecutado 56 proyectos en los barrios rurales, un 54,94% del total, y se han invertido 4,9 millones. Hay cinco en ejecución, dos pendientes de que se adjudiquen y otros dos en contratación, a la espera de que se dé el visto bueno al proyecto. Además, hay otros nueve que todavía no han llegado a contratación y uno que ha recibido un informe desfavorable. El resultado es que de las 75 obras pendientes, se han realizado ya 56.

Entre las ya ejecutadas se encuentra la peatonalización de la plaza José Lasheras, la construcción de una marquesina en el colegio de Casetas o la cubierta del pabellón deportivo. También se ha renovado el campo de fútbol de Garrapinillos, se ha acondicionado el talud de Juslibol, remodelado los patios del colegio Ángel Escoriaza de La Cartuja Baja y se han rebajado bordillos para que sean accesibles en este mismo barrio. En San Juan de Mozarrifar ya tienen una pista polivalente en el pabellón del colegio Andrés Oliván y en Torrecilla de Valamadrid un aula de usos múltiples.

Hasta aquí las obras de las que ya pueden disfrutar sus vecinos, después de años y años de reivindicación. Pero todavía quedan otras tantas. Algunas ya están en proceso, como la reforma de los vasos de las piscinas de Casetas o la rehabilitación de la casa cultural de San Gregorio.

Las obras pendientes

Sobre las pendientes, desde el equipo de Gobierno de PP-Cs aseguran que se van a ejecutar. Quedan las más importantes en cuanto a sus cuantías, ocho proyectos que ascienden a 2,6 millones entre los que destaca el pabellón de Garrapinillos (que va a salir a licitación) y que su coste es de 1,2 millones, el de Montañana, que ronda el millón de euros, o el edificio polivalente de Monzalbarba, 1,5 millones.

La concejala delegada de Barrios Rurales, Paloma Espinosa, asegura que llevan «dos años trabajando» para lanzar los proyectos pendientes del convenio y «cumplir con los plazos previstos». El objetivo pasa por que todas las obras estén finalizadas en 2023, «incluso las que nos encontramos con desfases millonarios respecto a lo presupuestado», apunta.

Se refiere, por ejemplo, a que el convenio contempla para la sala polivalente de Monzalbarba 444.445 euros y el proyecto ascenderá al millón y medio, o al cubrimiento de la acequia de Juslibol, que de los 300.000 previstos en el convenio, finalmente serán necesarios 506.834 euros.