En la primera mitad del siglo XX fue la aparición y la fabricación en masa de los coches, lo que trajo consigo un cambio urbanístico sin precedentes porque las calles de las ciudades se tuvieron adaptar a los automóviles. Ahora, parece que son los drones los que van a cambiar la forma de diseñar y pensar en el tráfico urbano. Por ello, Zaragoza quiere poder tener competencias propias para regular su propio espacio aéreo ya que en estos momentos la férrea legislación sobre este asunto pone muchas trabas al desarrollo de estos aparatos voladores.

En la actualidad, para poder volar un dron en una zona determinada, es el Ministerio de Transportes el que debe conceder la licencia oportuna. Además, también se debe comunicar y solicitar un permiso a la autoridad del espacio aéreo para poder despegar. Y eso cada vez tiene menos sentido ya que la tecnología está evolucionando hacia un modelo en el que los drones formarán parte de nuestra vida cotidiana en las ciudades, por lo que depender de administraciones superiores y lejanas para, por ejemplo, llevar un paquete de una punta a otra de la ciudad no es ni útil ni eficiente.

Por esta cuestión, Zaragoza se adherido a un manifiesto «por una gobernanza multinivel del espacio aéreo». Lo ha explicado el alcalde, Jorge Azcón, que ha participado en una mesa redonda en Madrid en el congreso Expodrónica, la feria más importante del sector a nivel europeo y en la que la capital aragonesa cuenta con un expositor propio. «El control de los drones en las ciudades tendrá que depender de la Policía Local y los corredores aéreos tendrán que ser controlados y regulados por los ayuntamientos. Y la labor de señalizar el espacio aéreo y de construir infraestructuras de despegue y aterrizaje tendrá que ver con las decisiones de los ayuntamientos», ha explicado el regidor, lo que implica que las entidades locales tengan las mismas competencias para regular el tráfico de los drones y dónde estacionan que las que tiene ahora para controlar la circulación de coches y los sitios donde aparcan.

Por esto, y para tratar de adelantarse a los acontecimientos, desde el Ayuntamiento de Zaragoza ya están trabajando para que en la futura ordenanza de movilidad se contemple el uso de drones como una forma más de movilidad y transporte de mercancías en las ciudades.

«Por lo menos tenemos que empezar a estudiar cómo integrar la nueva movilidad aérea en las ordenanzas locales, aunque sea dejando la normativa abierta para cuando se pueda concretar más», expplica la concejala de Movilidad, Natalia Chueca.

En el manifiesto al que se ha adherido Zaragoza también consta la firma de más de una decena de ciudades y regiones europeas. En el texto se pide que las entidades locales tengan «un papel decisivo para permitir» la circulación de la vehículos de movilidad aérea urbana (UAM por sus siglas en ingles) que presten servicios como «el transporte público, reparto postal y servicios de emergencia». Además, creen los firmantes de la declaración que han de ser los ayuntamientos quienes establezcan, por ejemplo, qué zonas habilitar para el vuelo de drones, si se permite durante la noche y los límites de ruido o distancia que deben respetar estas máquinas dentro de cada término municipal.

Además, Azcón ha apuntado otro reto: «tenemos que conseguir que los drones cuenten con la aceptación de los ciudadanos y que no teman que sobrevuelen sus cabezas. Tenemos que explicar que los drones también sirven para salvar vidas y que van a aportar más seguridad para servicios como los bomberos y la Policía Local».

Por último, Zaragoza, que forma parte de la unión de ciudades Flying Forward 2020 (una red de municipios que favorecen el uso de drones) va a mediar para que la Federación Española de Municipios y Provincias presente una iniciativa ante el Ministerio de Transportes y conseguir agilizar los trámites de la regulación de los vehículos de movilidad aérea urbana. «La legislación va muy por detrás de la tecnología», ha lamentado Chueca. 

Las experiencias previas de la capital aragonesa

Zaragoza es una de las pocas ciudades de Europa que cuenta con un espacio urbano habilitado para probar y volar drones. Es el Hera Dron Hub, dos parcelas de 19 y 13 hectáreas en las que cuatro empresas ya han probado sus modelos de aparatos voladores en un espacio seguro y con permiso.

Además, los drones ya se han utilizado en la capital aragonesa para controlar masificaciones en Navidad, Semana Santa y el Pilar, también para fumigar el Ebro contra la mosca negra y en la búsqueda de personas desaparecidos, como el caso del niño Karim.