Jorge Azcón se ha enfrentado este miércoles a su segundo debate del estado de Zaragoza, que ha comenzado esta mañana con un discurso del regidor que se ha extendido más de dos horas. En su argumentación, el alcalde se ha centrado en los proyectos desatascados en los dos últimos años y ha pedido, en reiteradas ocasiones, “hacer memoria” para arremeter contra la izquierda por su gestión al frente del consistorio durante los 16 años anteriores. Además, y como de costumbre, el primer edil ha atacado al Gobierno de España, si bien ha mantenido un tono mucho más cordial cuando se ha referido al Ejecutivo autonómico de Javier Lambán.

En su discurso, Azcón ha hecho hincapié en sus políticas sociales, tal vez para tratar de deshacer el argumento de la izquierda de que los partidos de derechas no tienen sensibilidad con los vulnerables. En este sentido, el alcalde, que por lo que ha dicho no renuncia a aprobar unas cuentas para 2022, ha anunciado que el presupuesto de la concejalía de Acción Social (que incluye las áreas de Mayores, Mujer, Igualdad, Juventud, Deportes, Educación y Familia) superará los 100 millones de euros.

El alcalde ha pasado gran parte del inicio de su discurso recordando las políticas llevadas a cabo en este sentido y ha hecho gala, no por primera vez, de que su equipo de Gobierno ha aumentado la partida destinada a las ayudas de urgente necesidad de los 9,3 millones en 2019 a los 15,4 en 2021. Además, Azcón también ha señalado que el plazo para conceder estos subsidios ha descendido y está en estos momentos en una media de “3,4 días”. “Concedemos más ayudas que nunca y el doble de rápido de lo que lo hacía el Gobierno anterior de ZeC”, ha dicho.

En este apartado, Azcón ha presumido de gestión frente a las políticas sociales del resto de entidades públicas: “donde no llegan las ayudas de otras administraciones, el ayuntamiento llega siempre y con más rapidez. Nadie en Zaragoza se quedará nunca sin una ayuda de alimentación”. Ha subrayado también que tanto por parte del Gobierno de Aragón como del Ejecutivo central se rechazan muchas más solicitudes de subsidios que en el consistorio de la capital aragonesa.

Su rival, Pedro Sánchez

Azcón también ha querido dibujar un panorama nada alentador de la economía española que ha contrastado con una Zaragoza viva y “capaz de atraer inversiones”. Así, Azcón ha atacado en innumerables ocasiones las políticas del PSOE y Unidas Podemos al frente del Gobierno central y se ha detenido para recordar que las previsiones de crecimiento de España están disminuyendo conforme pasan los meses. Ha mencionado la crisis de los microchips, la subida de la luz, la inflación récord y la falta de suministros. Males que afectan a toda Europa pero que para el alcalde de Zaragoza tienen un único culpable: Pedro Sánchez. Además, y como no podía ser de otra manera, el primer edil ha vuelto a exigir fondos al Estado y ha recordado la revuelta que él mismo encabezó a nivel nacional contra el Ministerio de Hacienda.

En su apuesta por dirigirse al líder socialista en España, Azcón se ha proyectado una vez más en la política y el debate nacional, que no el autonómico, lo que podría dar pistas de cara al rol que desempeñará el alcalde cuando sea también presidente del PP aragonés. El regidor parece que prefiere hacer oposición a Sánchez antes que a Lambán, de cuyo Gobierno -que ha estado representado en el salón de plenos por la consejera de Presidencia, Mayte Pérez- apenas ha destacado errores.

Es más, sobre su relación con la DGA, Azcón le ha quitado hierro a las diferencias con Lambán y ha dicho que “lo importante es asumir que los puntos en desacuerdo no deben ser óbice para cerrar pactos allá donde sea posible” y ha anunciado que, como ya se sabía, en las próximas semanas tendrá lugar una nueva reunión bilateral entre el ayuntamiento y el Gobierno de Aragón.

Con respecto a su gestión y a los proyectos emprendidos en los últimos dos años, Azcón ha hecho un llamamiento “a hacer memoria” hasta diez veces. Ha pedido así que los zaragozanos recuerden actuaciones como la incorporación de Zaragoza al sistema Viogén contra la violencia machista, la apertura de Tenor Fleta hasta el tercer cinturón, de un centro para mayores en la universidad, las piscinas de La Almozara y las reformas de las avenidas Navarra y Cataluña. Obras que llevan décadas en los cajones del consistorio y que él se ha comprometido a sacar adelante.

Guiños a Vox

Destacables han sido también las palabras de Azcón sobre su socio de coalición, Ciudadanos, que ha personificado en la figura de la vicealcaldesa, Sara Fernández. “En ese trabajo excepcional quiero y debo resaltar la figura de la vicealcaldesa Sara Fernández, la portavoz de un socio de Gobierno que destaca por su capacidad, su eficiencia, su empatía y su lealtad. Sara, es un orgullo y un auténtico lujo trabajar mano a mano con una persona de tu calidad profesional y humana. Gracias por todo tu trabajo”, ha dicho el primer edil en presencia, además, de Daniel Pérez Calvo, cuya relación con Fernández no pasa por su mejor momento tras las dimisiones en algunas agrupaciones del partido en Zaragoza.

Y no ha tenido reparos para dirigirse también a su socio externo en el ayuntamiento, Vox, sin cuyos dos votos el popular no podría llevar a cabo su acción de Gobierno. “Vox ha demostrado con sus hechos que en este consistorio es una formación responsable […]. Mi agradecimiento a sus dos concejales, que han entendido desde el primer día que, aunque tenemos posicionamientos políticos distintos que nos separan en varios ámbitos, hay un sustrato fundamental que nos une: dar la vuelta a los errores cometidos durante 16 años de Gobiernos de izquierda”. Un guiño nada desdeñable del popular que sabe que, de cara a las siguientes elecciones, la ultraderecha jugará un papel más importante a la hora de envestirle como alcalde y ahora, además, cuando tendría que empezar a negociarse el presupuesto del año que viene.

Azcón ha terminado su intervención hablando de sostenibilidad y medio ambiente, dos ámbitos que unidos a las políticas en materia de Acción Social y lucha contra la violencia de género quiere utilizar para demostrarse como un alcalde centrado, lejos de los extremos y que pretende gustar a todo el mundo huyendo de la carga ideológica que otros políticos populares buscan en sus discursos.