El genoma del robo es un sistema que evalúa la posibilidad de que una vivienda sea escenario de un robo en base al entorno y la vulnerabilidad del sistema de protección existente, desde las puertas y ventanas a la alarma. Este novedoso enfoque fue presentado ayer en Zaragoza, en el curso de una jornada específica organizada por la empresa de seguridad Hermanos Justo Cerrajeros y que tuvo lugar en el restaurante Aura con la asistencia de miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad, arquitectos y empresas relacionadas con la protección de edificios.

Reforzar la seguridad de pisos, chalets y unifamiliares es una necesidad acuciante, dado que, según las últimas estadísticas disponibles, los robos en domicilios han aumentado en Aragón un 4,6% en lo que va de año con respecto al mismo periodo del año anterior. En total, desde que comenzó el 2021 hasta el tercer trimestre se han registrado 1.454 robos en domicilios, según datos de Epdata.

«Una vez establecido el genoma del robo, se diseña un sistema de seguridad», explicó José Miguel Ángel Olledo, consultor y creador del método genoma del robo. El riesgo se tasa y se obtiene una ratio, «es como el análisis de sangre o el cardiograma que ordena un médico antes de establecer un diagnóstico», añadió el experto, que habló del concepto de «seguridad mediante el diseño» en la construcción de viviendas.

98 hábitos de prevención

Hermanos Justo Cerrajeros es una de las empresas acreditadas para la aplicación de esta metodología, para que se apliquen sus recomendaciones y soluciones de seguridad respetando unas directrices concretas.

Lo que caracteriza al genoma del robo es que previene el delito y genera lo que se llama vigilancia natural, es decir, que con poco dinero, menos del que se gasta ahora, el consumidor pueda aumentar la efectividad de los sistemas, porque trabajan la parte emocional y consciente mediante la generación de hábitos, señaló Ángel Olledo.

En este sentido, indicó que están tasados 98 hábitos relacionados con la seguridad, de los que en España solo se aplica el 8%, como cerrar la puerta con doble vuelta de llave, conectar la alarma o no dejar las llaves del coche en el propio vehículo.

«Si se consigue que la sociedad adquiera y aplique los 98 hábitos, o un porcentaje elevado, sin gastar dinero estaría más protegida», añadió. El genoma del robo tiene un propósito social de ayudar al consumidor a entender que consumiendo menos dispositivos de seguridad puede aumentar su protección mediante la aplicación de determinados hábitos.

Ladrones tecnificados

Anualmente, se producen en España en torno a 100.000 robos en viviendas, sin tener en cuenta establecimientos comerciales e industriales, dado que si se contabilizan estos delitos la cantidad total asciende a unos 140.000.

«Lo que ha cambiado sobre todo en este tipo de delincuencia es que el ladrón planifica su acción, va progresando y comprendiendo las alarmas, descubriendo y estudiando los puntos débiles», señaló, por su parte, Jaime Justo, responsable de la Asociación de Profesionales de Cerrajería y Seguridad y organizador de la jornada, que destacó que «ahora hay un 80% de cerrajas obsoletas».

Por su parte, Francisco Javier Ruiz, presidente del Comité Técnico de la Normalización de la Seguridad, destacó que «el ladrón de viviendas se ha tecnificado, cada vez utiliza herramientas más fáciles de llevar y más autónomas y se vale de la cibernética para neutralizar las alarmas inutilizando la transmisión de las señales».