Tres veces negó San Pedro a Jesús de Nazaret tras la última cena aunque prometió que no lo haría. Y hasta tres veces en el siglo XXI se le prometió a La Romareda una remodelación digna, y en otras tantas ocasiones le fue negada. El estadio municipal de Zaragoza, en pie desde el 8 de septiembre de 1957, vuelve al centro del campo político por cómo lucirá su nueva imagen. Antes fracasaron los proyectos de José Atarés de trasladarla a Valdespartera; el de Juan Alberto Belloch de derruir para volver a construir; y el de Miraflores, el último intento de un Gobierno PSOE-PAR, que logró casi la unanimidad después de que el PP e IU apoyaran la propuesta de trasladar el estadio al barrio de San José. Solo CHA se descolgó, pero el proyecto no pudo con la crisis del ladrillo.

La reconstrucción Lamela. Planeado en 2005, parado en 2006.

La primera propuesta pudo ser una realidad en 2001, cuando el equipo de gobierno del consistorio zaragozano formado por el PP y el PAR presentó el proyecto. De hecho, lo llegó a redactar el arquitecto Ricardo Bofill, que cobró cerca de un millón de euros por este trabajo. El coste total hubiera ascendido hasta los 48 millones. Solo quedó por finiquitar la licitación de las obras.

El último de Sicilia. La crisis detuvo el estadio de San José.

Sin embargo, el plan no contó con el apoyo del PSOE y CHA, entonces en la oposición, que rechazaron el «pelotazo urbanístico» que suponía la recalificación del solar donde todavía se sitúa La Romareda para construir 950 viviendas de lujo. Proponían que se destinase a infraestructuras sanitarias. Pero llegó junio de 2003 con las elecciones municipales. Venció Juan Alberto Belloch y, al tiempo que se proclamaba alcalde de Zaragoza con el apoyo de CHA, se daba carpetazo al proyecto en Valdespartera.

La Romareda seguía necesitando una reforma urgente, una nueva cara que brindase al Real Zaragoza un estadio acorde a los triunfos que llegaban a la orilla del Ebro en los primeros años del siglo XXI. El equipo de Gobierno encabezado por Belloch presentó un proyecto en el mismo emplazamiento: una reconstrucción. Y en esta ocasión se llegó más lejos de lo que lo hizo Atarés, aunque tampoco hubo consenso en el ayuntamiento.

Se aprobó una recalificación en 2004 que permitía levantar un edificio de servicios junto al campo de fútbol para financiar la obra, y esta fue adjudicada a la UTE Acciona Infraestructuras y Sacyr por un importe de 70,7 millones de euros y un plazo de ejecución de veinticuatro meses. En 2005 estaba el proyecto de Lamela, pero en 2006, cuando quedaba menos de una semana para iniciar los trabajos, un juzgado de Zaragoza paralizó la obra de forma cautelar en respuesta a un recurso del PAR. El PP también había presentado un litigio similar que, además, hablaba de un coste de 150 millones de euros. Nuevo carpetazo.

El proyecto de Bofill se presentó en 2001. S. E.

Todavía se dio una última intentona. Tras las elecciones de 2007, Belloch revalidó la alcaldía, esta vez con el apoyo del PAR. Se ideó un gran proyecto en el barrio de San José que contó con el beneplácito del PP y de IU. Solo CHA se descolgó. El nuevo estadio, diseñado por el zaragozano Joaquín Sicilia en 2008, estaba acompañado de un plan de vivienda que elevaba su coste hasta los 140 millones. El arquitecto recibió 2,5 millones por sus servicios y Augeo Sports ingresó unos 200.000 euros por el plan de viabilidad. Para financiarlo, el consistorio planteó vender 42.500 metros cuadrados de suelo de uso terciario junto a La Romareda valorados en 58 millones, y otros 10.000 de uso comercial a crear junto al nuevo estadio.

Estaba hecho, las obras comenzaban en 2009. Sin embargo, el rumor de una crisis financiera e inmobiliaria hizo dudar al gobierno municipal de Belloch, que acabó desistiendo. Se dejó en 'stand by' para llevarlo a cabo en la siguiente legislatura, en 2011. Por aquel entonces, la grieta en las arcas públicas era enorme, el PSOE dependía de IU y CHA, y ni se planteó llevar a cabo la reforma. Diez años después, La Romareda espera que aquella fuera la última de las negaciones. Por el camino, la ciudad ha gastado más de 7 millones solo en proyectos e indemnizaciones.