Aragón es tierra de desigualdades. De todo tipo. Un informe realizado por Ebrópolis demuestra las importantes diferencias que existen entre los municipios de la provincia de Zaragoza, que en los últimos 20 años ha registrado un incremento de su población del 15% (14,7%), hasta alcanzar los 972.528 habitantes. Su crecimiento ha sido mucho mayor que el del conjunto de la comunidad, que desde 2000 ha experimentado un aumento poblacional cercano al 9%. También está por encima del de la capital aragonesa, de un 13%.

Este cambio demográfico se debe a la llegada de población extranjera, asociada al importante desarrollo del sector agrario. Desde 2000, los migrantes se han multiplicado por diez y ya representan el 12,3% del total. Hace 20 años apenas sumaban el 1,1%.

Los migrantes se asientan principalmente en las cabeceras comarcales, donde hay más mano de obras agrícola. Sin embargo, desde Ebrópolis, que ha elaborado su informe junto con la Diputación de Zaragoza, advierte del peligro que existe de que se generen situaciones de «guetización» por lo que urge a que se desarrollen acciones para evitarlo. La población inmigrante ayuda a reducir la media de edad (tienen entre 24 y 45 años), aumenta la tasa de masculinidad y eleva la ratio en los centros escolares.

Por municipios, Ricla es la localidad de la provincia con mayor proporción de personas extranjeras, un 38,8%, seguida de La Almunia de Doña Godina, Longares y Zuera (con un 31,5%, 31,4% y 22,8% respectivamente). En cambio, en Mozota representan solo el 2,5%, casi como en Pastriz (2,7%).

Más y menos habitantes

Muchos municipios corren el riesgo de desaparecer tras años perdiendo vecinos que se trasladan a municipios con más servicios. Las 13 cabeceras comarcales aglutinan el 11,1% de la población de la provincia zaragozana, más de 108.000 habitantes. Y solo tres, Calatayud, Utebo y Ejea de los Caballeros, concentran más de la mitad. El informe revela la elevada heterogeneidad demográfica que existe. Por ejemplo, Belchite, Quinto y Daroca no alcanzan los 2.000 censados, mientras que Calatayud y Utebo multiplican por diez su población.

No se aprecian tantas diferencias en la renta media y la brecha salarial entre las localidades más ricas y más pobres es de poco más de 5.000 euros. Una cifra muy baja si se compara con la comunidad, donde las diferencias alcanzan los 14.000 euros.

El sector agrícola sortea los efectos del coronavirus

El informe sobre los Indicadores Básicos de la provincia de Zaragoza elaborado por Ebrópolis concluye que la mano de obra extranjera ha permitido aumentar la población en los últimos 20 años. En gran medida, por la mayor tasa de actividad agrícola. En el caso de la Comarca Central, el último dato recogido por el Instituto Aragonés de Estadística (IAEST) relativo al número de afiliaciones a la Seguridad Social durante el 2020 asciende a 258.717. Son 8.412 menos que en 2019, lo que supone una disminución de un 2,5%. Solo el sector agrícola ha crecido, aunque sea ligeramente.

La construcción se ha reducido en un 2,8%, los servicios un 2,6% y la industria un 2,2%. Hay municipios de la Comarca Central en los que el sector agrícola tiene un importante impacto en la economía, como en Mediana de Aragón (41,1%), Botorrita (24,2%) o Jaulín (23,3%).

El sector servicios es el que mayor número de afiliaciones concentra, ascendiendo a la comarca a un 79,1%, porcentaje por encima además de la media provincial y regional, pero que disminuye una décima respecto a 2019. Hay casos excepcionales, como Figueruelas, donde el 91% de su población pertenecen al sector industrial, por el efecto Opel. 

Uno de los problemas al que se enfrenta muchas localidades es el sobreenvejecimiento de su población, que se ha incrementado en ocho puntos en los últimos 20 años y los mayores de 84 años ya son el 21,2% del total de personas por encima de los 64. Una situación propiciada por el aumento de la esperanza de vida y el éxodo de los jóvenes a las grandes urbes. No obstante, los menores de 14 años cada vez son más y desde 2020 han pasado de representar el 12,3% del total al 14%.

Jaulín y Mozota son los municipios con mayor proporción de ancianos, con un 35,1%, mientras que Cuarte de Huerva (11,5%), Utebo (13,1%), Botorrita (14,2%), Cadrete (14,5%) y La Puebla de Alfindén (14,9%) tienen una población mucho más joven.

Belchite, Quinto, Daroca e Illueca han sufrido una importante pérdida de vecinos, que oscila entre un -7,1% en Belchite, hasta un -14,7% en el caso de Illueca. De hecho, Belchite destaca por alcanzar el valor más bajo, con 5,6 habitantes por kilómetro cuadrado, valor que se considera como «desierto demográfico» ya que está por debajo de los 10 habitantes por kilómetro cuadrado. Así, este municipio, junto a Daroca, Illueca, Tarazona y Quinto se sitúan por encima de la media de la provincia. En cambio, Utebo y la Almunia de Doña Godina han disparado su población, con crecimientos de 75,6% y el 44,7%, respectivamente.