El Ayuntamiento de Zaragoza prevé modificar las líneas del autobús urbano en el segundo semestre de 2022. Así consta en el recién aprobado plan anual de servicios del siguiente ejercicio, que es el documento en el que el consistorio establece el número de kilómetros teórico que las líneas del bus recorrerán en los 12 meses siguientes. La estimación es de 18.868.940 kilómetros, a los que se han añadido 240.000 más ante la posible reordenación.

El número de kilómetros que van a recorrer los autobuses urbanos que gestiona la empresa Avanza es importante debido a que es la cifra que se utiliza para calcular cuánto ha de pagar el ayuntamiento a la concesionaria del servicio. Así, para 2022, la previsión es que se hagan en total 19.108.940 kilómetros, que son 202.759 más que en 2021, un 1,07% más.

El aumento lo justifica el equipo de PP y Cs en ese plan anual de servicios porque se han añadido «240.000 kilómetros» al cálculo inicial «en previsión de que en la segunda mitad del año 2022 pueda producirse un incremento de kilómetros por modificación de líneas».

Si fuera así, si se hiciera ya al año que viene (aunque habría que conocer el calado de los cambios), la concejala de Movilidad de Zaragoza, Natalia Chueca, cumpliría por fin con una exigencia que los grupos de la izquierda llevan meses planteando. Ella misma anunció que era una de sus prioridades cuando llegó al cargo, pero con la llegada de la pandemia y la caída de los usuarios del transporte público la reordenación se ha ido retrasando.

Menos buses para personas con movilidad reducida severa

Según Chueca, la demora se debe a que los datos de viajeros que hay hoy no son fiables, puesto que todavía están influenciados por el miedo al virus y el cambio de hábitos por la pandemia. Eso sin tener en cuenta la huelga que afecta al servicio desde hace un año. Sin embargo, desde la oposición le advierten: puede que el 30% de viajeros que se han perdido desde 2019 nunca vuelvan, por lo que habría que acometer esa reordenación de líneas lo antes posible y, sobre todo, antes de que caduque el actual contrato del servicio del autobús urbano en 2023.

Y aunque Chueca se escude en que la demanda postpandemia todavía no se ha estabilizado para no acometer la modificación de las líneas (pendiente desde hace una década), en julio, el equipo de Gobierno de PP y Cs ya sacó a licitación una asistencia técnica para que una empresa se encargara de diseñar esa reordenación de los buses a cambio de 212.000 euros. Desde el momento en el que se adjudicara el contrato había de plazo 12 meses para llevar a cabo los estudios que determinaran cómo iban a ser los nuevos recorridos de las líneas, si bien, según el portal de contratación del ayuntamiento, este servicio está todavía pendiente de adjudicación.

En el plan anual del servicio del año que viene, el área de Movilidad también prevé una reducción del 25% con respecto a lo previsto en el contrato con Avanza de las horas de servicio del autobús para personas con movilidad reducida severa (PMRS). En total, este bus, que es el blanco, amarillo y rojo, funcionará 29.640 horas en 2022 en días laborables, a lo que hay que sumar 5.664 horas en sábados y festivos.

Movilidad justifica esta reducción afirmando en el expediente que la demanda ha caído ante la implementación de rampas en toda la flota de autobuses así como el aumento del uso del taxi accesible.

«Se percibe que los autobuses van más llenos de lo que deberían y no es así»

La concejala de Servicios Públicos y Movilidad de Zaragoza, Natalia Chueca, afirmó ayer que «no hay un problema de superar los aforos reales» en el bus y el tranvía aunque exista esa «percepción». «No digo que que en algún momento puntual pueda suceder. A veces hay una percepción de que está más lleno de lo que debería pero no es así. Se están cumpliendo las medidas en el 95% de los casos te diría», aseguró al ser preguntada por las imágenes que se están viendo estos días de convoyes y vehículos llenos en las horas punta y cuando la huelga del transporte alarga las frecuencias. La concejala explicó que se están implementando sistemas para controlar el aforo pero que ahora no están restringidos. «Limitarlo compete al Gobierno de Aragón», dijo.