Todos tenían ganas. Los nervios se palpaban el ambiente y grandes y pequeños miraban a todos lados en busca de alguna señal de que los Reyes Magos estuvieran llegando. Después de que el año pasado sus Majestades de Oriente no pudieran recorrer las calles de Aragón por culpa del covid, hoy han vuelto a mirar a los ojos de grandes y pequeños antes de que, en el sueño de la noche, se cuelen en los hogares de la comunidad para llenarlos de regalos. La ilusión ha sido tal que ni las mascarillas obligatorias ocultaron las miradas de felicidad.

Un niño saluda al Rey Mago | JAIME GALINDO

«¿Papi cuando vienen?», ha sido una de las frases que más se ha repetido hasta que empezaron a llegar las carrozas. Muchos, ya conscientes de que la espera podría alargarse y de que el tiempo no era el más favorable, venían preparados. En la capital aragonesa ha habido previsión. Taburetes, la silla de la playa y mantas han ayudado a sobrellevar mejor la espera. Algunos, los más rezagados, incluso se han llevado una escalera para que, aun no estando en primera fila, tener la mejor de las vistas.

Los Reyes finalizaron su recorrido en la plaza del Pilar | JAIME GALINDO

Los primeros en llegar, los patrocinadores, han sido los encargados de comenzar a caldear el ambiente. En lugar de lanzados, los elfos del Frutos Secos El Rincón han entregado los caramelos en mano, mientras que otros han repartido banderines con el escudo del Real Zaragoza. Han conseguido que por un momento fuera difícil distinguir si lo que se estaba celebrando era la llegada de los Reyes Magos o el ascenso a primera división del equipo maño.

Melchor fue el primero en llegar a la plaza del Pilar | JAIME GALINDO

Zancos, patinadores, magos e hinchables han conseguido captar la atención y maravillar a todos los niños pero sin duda la más aplaudida ha sido la estrella de 12 metros de largo que ha vuelto a las calles del centro. «Elena, ¿ves la estrella», preguntaba un padre a su hija que, con no más de tres años, veía la cabalgata desde sus hombros. Elena ha visto la estrella y sus ojos no han dejado de brillar en ningún momento.

En Fraga, los niños formaron parte de la comitiva real | SERVICIO ESPECIAL

Para muchos, después de que se tuviera que cancelar la cabalgata el pasado año debido a la situación sanitaria, esta era una noche digna de recordar. Por ello los teléfonos móviles y las cámaras han sido algunos de los complementos que más se han visto. La mayoría de las familias parecía que hubieran ensayado en casa, mientras mamá grababa las reacciones de los pequeños, papá se encargaba de inmortalizar a titiriteros, artistas y sobretodo a sus majestades.

En Huesca, sus Majestades llegaron a la plaza de toros.

Y es que Melchor, Gaspar y Baltasar no solo han sido los más fotografiados sino también los más aclamados. La llegada de las carrozas reales ha desatado la locura y todos, desde el más pequeño hasta el más mayor, se han dejado la garganta para recibir un saludo de su favorito. De todos es bien sabido que el saludo de un Rey Mago durante la cabalgata asegura los regalos debajo del árbol a la mañana siguiente. «Cariño saluda, que Melchor es el favorito de la yaya Charo», se escuchaba en paseo Pamplona. «Hemos sido muy buenos Gaspar» gritaban los niños en paseo Constitución. En el Coso incluso los había que le recordaban a Baltasar los regalos que habían pedido en sus cartas. «Por favor, acuérdate de mi Play 5» rezaba la cartulina, el pulgar apuntando hacia arriba fue la respuesta de su majestad. La comitiva la cerraba como ya es tradición la locomotora del carbón. Por alguna razón, aquella fue carroza que menos gusto a los más pequeños.

En Alcañiz, las animales fantásticos maravillaron a los más pequeños.

Una cabalgata segura

Muy pocos han sido los que no traían su mascarilla de casa. Para los despistados, los voluntarios las repartían al comienzo del desfile. Aunque no se han vivido grandes aglomeraciones no ha habido un solo punto en los más de 3,2 kilómetros de recorrido que no estuviera ocupado.

Una de las recomendaciones que más se ha cumplido ha sido la de dispersarse en cuanto hubiera terminado la cabalgata. Muchos han marchado para poder acercarse hasta la plaza del Pilar y ver así la llegada de sus Majestades, otros se han ido rápidamente a casa huyendo del cierzo.

En el resto de la comunidad los Reyes también han tenido su llegada. En Huesca, sus Majestades han llegado a la plaza de toros donde los más afortunados han podido verles y saludarles. En Teruel, la cabalgata se ha acercado hasta el hospital Obispo Polanco para que los más pequeños que han tenido que estar estos días ingresados en el hospital pudieran contagiarse de la ilusión de la noche más mágica del año.

En Tarazona, más de 300 personas formaban la comitiva real, en Calatayud, el tren fue el medio que eligieron sus Majestades para acercarse a visitar a los más pequeños.

Monzón, Alcañiz y Barbastro diseñaron rutas alternativas a las habituales para garantizar la seguridad de todos los asistentes y conseguir que la ilusión fuera la emoción que más se vivió anoche.