Este próximo 17 lunes se retomará la huelga del bus en Zaragoza después de que el encuentro entre la empresa y el comité haya vuelto a terminar con el resultado que acostumbran: ninguno. Una vez más las negociaciones ha sido un fracaso y no se ha producido acercamiento alguno en un conflicto enquistado que va camino de cumplir su primer aniversario.

Esta vez el encuentro se ha celebrado en cocheras, en lugar de en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), y a petición de Avanza que ha exigido la suspensión de los paros para continuar con las negociaciones. Según la empresa, «es imprescindible que exista un escenario libre de presiones» para continuar con unas conversaciones después de un 2021 en el que el servicio se ha visto alterado durante 71 días y cerca de 300 horas con un impacto total de 21.000 horas de servicio (sumando todos los autobuses y empleados). 

Reproches

Ambas partes se han reprochado la falta de interés por encontrar una solución a este conflicto. Desde el comité no están dispuestos a suspender la convocatoria de paros ya que han perdido «la confianza» en Avanza. Ya lo hicieron el año pasado hasta en dos ocasiones con el ánimo de mejorar el clima de negociación pero, «el resultado de las reuniones fue un rotundo fracaso por la falta de voluntad para llegar a acuerdos mostrada por la multinacional Avanza, que mientras no aborda unos asuntos, directamente veta otros», aseguran. 

Este viernes la empresa ha tratado de acordar un nuevo calendario de negociaciones de la comisión negociadora para la próxima semana, «condicionado únicamente a la suspensión temporal de los paros parciales». 

Vocación negociadora

Avanza considera que al rechazar esta propuesta, los representantes sindicales han vuelto a «dinamitar» cualquier acercamiento, «demostrando una vez más su nula vocación negociadora». 

Respecto a la huelga indefinida, que también han convocado los trabajadores del tranvía, desde la concesionaria denuncian «el chantaje» al que están sometiendo a los ciudadanos, los principales afectados por las continuas jornadas de paros. En el caso del bus, de 12.30 a 16.30 horas de lunes a viernes, mientras que el Urbos 3 la hará en horarios alternos, según la semana. 

Bien distinta es la versión de los representantes sindicales, que critican que los negociadores de Avanza han aparecido en el encuentro sin una propuestas concreta, «mostrando exclusivamente interés en la desconvocatoria de los paros parciales de la próxima semana a cambio de ofrecer un par de reuniones (para el martes y el jueves) sin ser capaz de especificar en qué se iba a basar su contenido». 

Los trabajadores han llegado incluso a instar a la compañía a retomar las negociaciones durante este misma tarde y trasladarlas al fin de semana. Una propuesta que ha sido rechazada.

La suspensión de los paros

Según el representante de los trabajadores, Javier Anadón, estaban dispuestos, incluso, a suspender la convocatoria de paros, siempre que se intensifiquen los encuentros «que permitan acabar con el conflicto». 

Desde Avanza aseguran que las pretensiones económicas de los empleados suponen un aumento de la masa salarial del 35% y que la reducción de la jornada laboral exigida se traduciría en 30 días de trabajo, «como un mes más de vacaciones». 

Tal y como adelantó este periódico, como consecuencia de los paros, Avanza ha dejado de ingresar un millón de euros por la huelga, y le ha costado más de «200.000 euros» en concepto de horas a abonar a los representantes del comité, con quienes han mantenido ya 58 reuniones.