Descafeinada ha sido la celebración en Zaragoza de San Antonio Abad, San Antón, patrón de los animales. Este año, debido a la situación de la pandemia del covid, no se ha celebrado la tradicional procesión en torno a la iglesia de San Pablo, en el barrio de El Gancho, ni tampoco se ha permitido la entrada de mascotas al templo. A cambio, los miembros de la hermandad que lleva el nombre de este santo han repartido botecitos de agua bendita para que los fieles puedan bendecir a sus animales en casa. Es decir, del autodiagnóstico el coronavirus ha obligado a la autobendición.

Hasta las puertas de la parroquia de San Pablo apenas se han acercado feligreses para celebrar este día de San Antón. Lo ha reconocido así Luis Montes, miembro de la hermandad de San Antonio Abad. "Estamos bajo mínimos. La pandemia sigue muy latente y no ha venido mucha gente. Eso sí, quien se quiera acercar puede llevarse un botecito de agua bendita para casa", explicaba mientras se celebraba la misa, que ha contado con la asistencia de unas 50 personas. Por los pequeños botes, que se repartían por primera vez este año (en 2021 tampoco hubo actos), no se cobraba nada, aunque sí que se pueden hacer donaciones a cambio del obsequio.

Antes de que comenzaran los actos religiosos, a las 11.00 horas, se ha visto alguna cara de sorpresa a las puertas del templo, pues muchos esperaban encontrarse con el ambiente de otros años: una plaza llena de animales de todo tipo y una multitud esperando la bendición del párroco de San Pablo. Sin embargo, un cartel en la entrada informaba de que este año no iba a haber ni procesión y que tampoco se permitía la entrada de mascotas a la iglesia.

"Vaya, no me digas que no lo puedo entrar", decía una mujer, que acompañaba a su madre y a la mascota de esta para que el perro recibiera la bendición. "Conozco mucho la iglesia, pero este era el primer año que venía con el perro, que se llama Luque. Hace cuatro años que lo tengo pero no lo había traído. Se porta un poco mal y es muy travieso, así que quería ver si se tranquilizaba", reía la señora, de nombre Antonia. Acto seguido la vecina entraba a la iglesia para coger un botecito de agua bendita y poder ungir a su peludo amigo de cuatro patas en casa.

Otras, sin embargo, ya sabía que el ambiente este año en San Antón no iba a ser el de siempre. "Es una pena, sí, es una celebración muy bonita, pero a mi me gusta venir igualmente", comentaba otra señora antes de entrar a la misa. Y es que, aunque no haya habido mascotas, la figura de San Antonio Abad, acompañado por el cerdito con el que se le representa, ha presidido hoy el altar mayor de San Pablo, lo que ha sido suficiente para los fieles que se han acercado hasta el templo.