Los prostíbulos de la calle Pignatelli de Zaragoza que Urbanismo mandó cerrar siguen abiertos a pesar de las advertencias del ayuntamiento. No obstante, fuentes próximas a la dirección de estos negocios señalan que en ningún momento se les prohibió reabrir, sino que en estos momentos se encuentran en un periodo de alegaciones para tratar de subsanar los fallos detectados.

Fuentes vecinales confirman además que siguen abiertos, por lo menos, dos de los tres prostíbulos que el consistorio informó que se habían decretado cerrar. Se trata del bar Caricias, en el número 49 de la calle Pignatelli, y el Aquí me quedo, en el número 55.

«No ha habido orden de clausura. Primero tendrán que revisar nuestras alegaciones, que ya hemos presentado. Nadie nos ha dicho que tengamos que cerrar ni sería un procedimiento correcto puesto que nosotros podemos recurrir», explican fuentes cercanas a uno de estos locales supuestamente cerrados.

La inspección, cuentan, «se produjo hace dos semanas» y en ella les señalaron unas cuantas deficiencias que debían subsanar. Pero hasta ahí según su versión.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Zaragoza, en una nota de prensa del pasado lunes, informó de que «tras realizar los informes correspondientes, dar audiencia previa a los propietarios de estos locales para subsanar las deficiencias, y ante la ausencia de atención por parte de los mismos, Urbanismo ha ordenado el cierre», por lo que ya habría acabado el plazo para los dueños de estos prostíbulos.

Ahora, desde el consistorio insisten en que estos locales sí que deberían estar cerrados, por lo que enviará una inspección «en caso de que se notifique» que se esté incumpliendo la orden de clausura.

El cierre de estos locales de alterne se produjo, según el ayuntamiento, tras la petición de las asociaciones vecinales del barrio, sin embargo estas mismas entidades negaron tener cualquier implicación.