El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado este miércoles el presupuesto de 2022 en un ambiente marcado por las elecciones de Castilla y León. Poco se ha visto en esta sesión del último apretón de manos escenificado entre el alcalde, Jorge Azcón, y el portavoz de Vox, Julio Calvo, el jueves pasado, un día antes de la aprobación inicial. Entonces no se habían celebrado los comicios, ni el líder conservador, Pablo Casado, había cargado contra los “populismos” que "nunca producen progreso ni concordia ni respeto internacional", en referencia a Vox.

La polémica que arrastran los resultados (todos ganan, hasta Cs, según su líder regional Daniel Pérez), los pactos, las exigencias, las líneas rojas y los mensajes que lanzan unos y otros desde Madrid han marcado una sesión que el PP tenía ganada desde hace días y en la que Cs ha preferido quedarse en un segundo plano.

El pleno llegaba un día después de que el presidente del PP defendiera un Gobierno sin Vox en las tierras castellanas y leonesas y les acusara de ser un partido «populista». Unas «descalificaciones», según Calvo, que hacen «muy difícil» que su formación siga sellando acuerdos con PP y Cs en Zaragoza. «No sé si Casado quiere nuestro apoyo o nuestra sumisión. Nuestro apoyo si hay lealtad saben que lo tendrá, nuestra sumisión, no», ha avisado.

"No sé si Casado quiere nuestro apoyo o nuestra sumisión. Nuestro apoyo lo tendrá si hay lealtad, pero nuestra sumisión no"

Julio Calvo - Vox

Fue solo el primero de los dardos que ha lanzado Calvo en dirección al alcalde a quien el portavoz de la ultraderecha volvió pedir lealtad y, ya de paso, «que no nos insulten y ofendan a nuestros votantes» que, ha dicho, son personas que en «un tiempo votaron al PP». «Yo no sé si el señor Casado quiere recuperar a estos votantes pero con las acusaciones en las que está incurriendo lo que va a conseguir es que los suyos se pasen a nuestras filas», ha asegurado Calvo, que aventuró que «con ese líder no llegaran muy lejos».

Este miércoles no ha tenido reparos a la hora de dirigirse a Casado, a quien ha acabado convirtiendo en protagonista. Un presidente que, ha dicho, «ha incurrido en la misma estrategia de la izquierda, que es caricaturizar» a su partido. «Nos atribuyen lo que no decimos ni hacemos», ha asegurado el concejal de Vox antes de votar a favor un proyecto de presupuestos que, según dijo, «no es bueno» y «no está adaptado a las necesidades reales de la ciudad». Pero ha votado a favor. 

Silencio de Azcón

Mientras el portavoz de la ultraderecha se ha empleado a fondo para dejar claro su peso en la capital, el alcalde observaba en silencio desde su tribuna, algo que no es muy habitual. Tampoco ha hecho referencia a sus palabras la portavoz del del PP, María Navarro, que, en cambio, sí ha elogiado el papel de Vox en la elaboración de las cuentas.

La concejala ha vuelto a utilizar las cifras para presumir de gestión y para defender unos «presupuestos de futuro». Las cuentas ascienden a 837 millones, de los que 79 se destinarán a inversiones, 190 a los servicios públicos y 97 a las políticas sociales. Entre las cifras que ha destacado la concejala de Hacienda se encuentran los 15 millones para ayudas de urgencia, los 500.000 euros de las ayudas para la escuela concertada o el millón de euros para el cheque familia. También los 4 millones para la operación asfalto, los más de 7 del plan Pignatelli-Zamoray o los 3,6 que irán a parar a la construcción de la nueva escuela infantil de Parque Venecia. 

Por su parte, la portavoz de Cs, Carmen Herrarte, ha intentado silenciar rumores asegurando que «el equipo de Gobierno de PP-Cs permanece tremendamente unido pese a que muchos hagan olas en el mar».

De la "derechita humillada" al "autoritarismo"

Desde la bancada de la izquierda, que han votado en contra de las cuentas, la portavoz del PSOE, Lola Ranera, ha definido como “derechita hullimada” a Vox y ha acusado a Jorge Azcón de “despreciar a los votantes del PSOE”, de “gobernar para unos pocos” y de forma “autoritaria”. Es lo que ha demostrado, según la socialista, por haberse limitado a negociar las cuentas de 2022 con Vox, su socio preferente, obviando a su formación, además de ZeC y Podemos.  

“Su presupuesto ataca a la violencia de género, defiende las políticas antiabortistas, no piensa en las mujeres y entiende las políticas de acción social como asistencialismo”, ha esgrimido Ranera, que ha denunciado que Azcón “utiliza a la cuidad para obtener rédito político y hacer seguidismo a Casado”. 

El portavoz de Podemos, Fernando Rivarés, ha criticado que las cuentas tendrían que haber “priorizado el empleo y la reindustrialización” de la ciudad, además de la digitalización de los polígonos, la microempresas, las pymes y los autónomos. 

Desde ZeC, Pedro Santisteve ha denunciado la falta de participación ciudadana y ha cargado contra el “desmantelamiento de lo público favoreciendo las externalizaciones”. Según el concejal, este presupuesto “vende humo” y recupera “los proyectos que vendieron y no ejecutaron en 2020 y 2021”. 

Otras claves

  1. El Ayuntamiento de Zaragoza solo captará 10 millones de deuda y reducirá la cuantía reservada para el Fondo de Contingencia (destinado al pago de sentencias) de los 7,5 millones de 2021 a 2,5 gracias a la reducción de la carga financiera lograda en los últimos años. En 2019 la deuda municipal ascendía a 830 millones y actualmente está en 665.
  2. El consistorio va a utilizar tres fórmulas para impulsar los proyectos de mayor coste: la inversión presupuestaria, a pulmón, (79 millones), los créditos (13 millones) y las extrapresupuestarias. En este último caso se recurre a la financiación público privada, que permitirá iniciar los trabajos de las piscinas de La Almozara (18 millones) y la reforma del antiguo cuartel de Pontoneros (23 millones), y a los préstamos de las sociedades, como el captado por Ecociudad para financiar los 11,4 millones de la operación calles.
  3. Las cuentas incluyen las reformas de las calles Manifestación, Osa Mayor, Hayedo, Ramón Celma, Belchite, Concepción Arenal, Pilar Lorengar o Gil Morlanes. También en las plazas Reina Sofía y Santa Cruz y en las avenidas Navarra, Valencia y Cataluña. También se prevé destinar 6,5 millones a la conservación viaria y a las aceras, 8 a la renovación del alumbrado público y 2,6 a la sustitución de las tuberías más antiguas.