Era la primera vez que la candidatura de Zaragoza para convertirse en una de las sedes del Mundial de fútbol que aspiran a organizar España y Portugal de manera conjunta en 2030. Y para no romper con la tradición en el consistorio de la capital aragonesa, no hubo consenso al respecto.

Fueron PP y Cs los que presentaron una moción para apoyar la candidatura hispano-lusa, en la que también pedían que Zaragoza fuera una de las sedes del Mundial y, de paso, que la capital fuera partícipe de los Juegos Olímpicos de Invierno, previstos para el mismo año.

El portavoz de Vox, Julio Calvo, fue el primero en tomar la palabra, y anunció que habían introducido una transacción para pedir al Gobierno de Aragón y al de España que se implicasen para que Zaragoza participara en el Mundial. Y entonces se despertaron los recelos por parte del PSOE, que entendió en la propuesta de la ultraderecha una petición de dinero a otras administraciones para poder construir la nueva Romareda, requisito indispensable si Zaragoza quiere acoger cualquiera de las dos celebraciones.

Así que el PSOE votó a favor de la candidatura de España para el Mundial pero se abstuvo para pedir que Zaragoza fuera sede por no querer implicar a otros gobiernos. Sí que apoyaron los socialistas que Aragón se postule para acoger los Juegos Olímpicos, algo de lo que se desmarcaron votando en contra los dos concejales de Podemos, a pesar de que en las Cortes su grupo se abstuvo en esta cuestión. Y ZeC, por su parte, votó en contra de los tres puntos de la moción, puesto que consideran que el dinero público debería destinarse, prioritariamente, a mejorar los servicios sociales.