Eva Galve y Julia Sánchez, de Verbbena. El detalle es importante. La empresa se llama Verbbena, con dos letras b. Dicho esto, Eva Galve y Julia Sánchez son «dos papelfans» que un día, mientras comían en un sirio, decidieron dejar sus trabajos y convertirse en emprendedoras a los 33 años. «Llevábamos años pensando en ideas para crear nuestro propio negocio y ese día Julia me comentó que se le había ocurrido crear una tienda de papelería a domicilio, pero de una forma más especial, más exclusiva», explica Eva.

Una idea que han ido puliendo en Zaragoza Activa y que se ha convertido en Verbbena, una empresa dedicada a artículos exclusivos de papelería por suscripción. Así, uno recibe en casa una caja con material totalmente reciclado con productos diseñados por ellas. Cada mes una distinta. Sorpresa tras sorpresa.

Son amigas, pero de las de toda la vida. De Andorra se trasladaron a Zaragoza. Vivieron juntas varios años. Y han compartido un sinfín de vivencias. «Es verdad que hemos pensado que el negocio podría afectar a nuestra amistad, pero hemos decidido que el reparto sea al 50%, tanto en el capital como en la responsabilidad, aunque no nos los recomendaban (ríen) . Creemos que si nos comunicamos de una forma sincera y con respeto esto funcionará», coinciden.

Emprender en pandemia no ha sido sencillo. «Al principio fijamos unos precios para cada suscripción que hemos tenido que adaptar a la inflación. En un primer momento nos deprimimos pero luego entendimos que nuestro trabajo tiene un precio y que no podemos regalarlo», comenta Julia.

Cada una tiene sus tareas, ella asume la parte comercial y las cuentas, mientras que Eva pone toda su inspiración en los diseños, además del espacio de trabajo. Todos los comienzos son difíciles y ahora mismo su almacén y despacho está en una habitación de su casa.

«Antes trabajaba menos horas y cobraba más, pero ahora soy más feliz»

José Barrena, de Imagek. Emprender nunca es una decisión fácil de tomar, pero hay momentos en los que la vida parece te invita a cambiar de rumbo. José Barrena tenía 50 años cuando se quedó sin trabajo. Era empleado de una empresa relacionada con la automoción y tras «darle unas vueltas» se decidió a dar el paso. «La fotografía y el vídeo siempre habían sido mi pasión, así que me lancé», cuenta ahora, cuatro años después.

Los primeros trabajos fueron «a pecho descubierto». «Me di de alta de autónomos pero enseguida me sentí solo e ignorante por todas las gestiones que había que hacer», recuerda, por lo que decidió sumergirse en el mundo de los viveros de empresas. «Me acogieron en Zaragoza Activa, en La Colaboradora, y aprendí bastante. No fue fácil tampoco pero contar con el apoyo y con el respaldo de personas que tienen las mismas inquietudes que tú y que están recorriendo el mismo camino ayuda bastante», asegura.

José Barrena, fundador de Imagek.

José Barrena, fundador de Imagek. Javier Arredondo

Los frutos de ese trabajo son hoy Imagek, la empresa de Barrena, dedicada a crear contenido audiovisual para empresas que quieran promocionar mejor sus servicios y eventos. Hoy trabaja el solo, pero su objetivo es poder contar con una segunda persona y afianzar la posición de su negocio. «Antes trabajaba menos horas y cobraba más, pero hoy el trabajo me hace más feliz», asegura.

En Zaragoza Activa, cuando empezó, cursó varias formaciones para aprender cómo conseguir clientes y visibilidad en el mercado. «Está muy bien porque te enfrentas a un proceso crítico en el que varios expertos te asesoran y te ayudan a mejorar», cuenta Barrena. «Otro de los procesos te exige que vayas dando pasos y como lo haces rodeado de gente que está haciendo lo mismo que tú te sientes más respaldado», añade.

"Emprender es una cuestión muy personal. No se puede recomendar o dejar de hacerlo"

José Barrena - Fundador de Imagek

Después de un tiempo, Barrena ingresó en otro programa, el del Centro de Empresas e Innovación de Aragón (CEEI). «Es parecido pero para empresas más consolidadas. Te apoyan en diferentes cuestiones y además tienes un espacio donde trabajar en el que el precio por metro cuadrado es más asequible», dice.

Así, a pesar del covid, Imagek ha conseguido hacerse un hueco. «Emprender es una cuestión muy personal. No se puede recomendar o dejar de hacerlo. No sé si hubiera llegado hasta este mismo punto solo, hay muchos que se quedan por el camino, pero hacerlo de la mano de más gente lo hace más fácil», resume.

«Montar un negocio debería ser mucho más fácil y sencillo»

Jorge Gallo, de Stratton. Jorge Gallo es el cofundador de Stratton Digital Services, una startup que nace con la vocación «de democratizar la innovación tecnológica haciéndola accesible al pequeño comercio y a las pymes». Ayudan a otros negocios a conocer más sobre su mercado y asisten a aquellas empresas que quieran internacionalizar su actividad. Stratton nació en el Centro de Innovación Empresarial Milla Digital del Ayuntamiento de Zaragoza (CIEM) y aunque Gallo reconoce que «emprender en Aragón no es fácil», el programa de aceleración empresarial de este organismo les ha permitido llegar antes a sus objetivos.

«Nuestra valoración es muy positiva ya que desde el primer momento nos han brindado (y siguen haciéndolo) todo su apoyo y experiencia durante el proceso de creación y aceleración de nuestra startup. Sin duda, gracias a CIEM lo que hemos avanzado en estos primeros seis meses de vida nos habría costado muchísimo más tiempo y esfuerzo, y hemos evitado muchísimos más errores», cuenta Gallo.

Gallo es el cofundador de Stratton Digital Services. SERVICIO ESPECIAL

Este emprendedor y su socio decidieron embarcarse en esta aventura «porque ambos tenían experiencia previa en el sector tanto a nivel nacional como internacional» y porque les «apasionan las nuevas tecnologías».

Montar su negocio desde cero, reconoce. «fue y sigue siendo una experiencia dura pero muy gratificante tanto en lo personal como el lo profesional».

Cuenta también Gallo que existen facilidades por parte de la administración, «aunque se encuentran bastante atomizadas a través de diversos organismos (el CIEM es uno de ellos), lo que dificulta el acceso a las mismas». «Y la ayuda no es suficiente. Emprender debería ser mucho más fácil y sencillo», añade este empresario.