Las muestras de apoyo a Ucrania desde Aragón han sido una constante desde el inicio de la invasión rusa. Bien por solidaridad, bien por algún tipo de vínculo personal con la zona, ha sido un goteo ininterrumpido de ayuda. Es el caso del restaurante ‘Pájaros en la cabeza’ de Zaragoza (Avenida de Juan Pablo II 42-44), en pleno barrio de La Romareda y que colabora también con la Fundación Down Zaragoza en la inclusión en su plantilla de personas con síndrome de down.

Su propietario, Alberto Muñoz, ha decidido sumarse a esta ola solidaria desde el establecimiento. Sus vínculos personales lo atan a Polonia, no a Ucrania, el país donde vivió durante 8 años y ahora acoge el mayor volumen de refugiados.

El transporte de un envío con material de ayuda cuesta entre 2.500 y 3.000 euros

“Tengo amigos que incluso se han cogido vacaciones y están ayudando en la frontera a todos los refugiados que entran desde Ucrania. Es lo menos que se puede hacer”, cuenta a este diario.

Cerca del restaurante vive Adam Waczyński, jugador del Casademont Zaragoza, otro de los eslabones que componen esta cadena de ayuda. “Hablamos sobre organizar alguna iniciativa y dijo ‘cuenta conmigo’. Entre mis contactos y los suyos, en Varsovia, salió adelante –relata-. Hay gente que incluso entra en Ucrania con coches y transportes particulares”.

La idea, “que surge de esta unión como una iniciativa completamente privada”, busca llenar los 33 palés que caben en un tráiler. Este primer envío es su objetivo inmediato, para el que piden “cuatro cosas básicas”: “Productos no perecederos, todo lo relacionado con niños (como potitos, leche en polvo y pañales), higiene personal para hombre y mujer y productos de farmacia y primeros auxilios (paracetamol, ibuprofeno, vendas…)”.

Los clientes del restaurante y la gente, de dentro y fuera del barrio, se han sumado a la recogida de productos. Por el momento, Lecta es la única empresa que colabora. Lo hace ‘paletizando’ los productos cuando los recoge en el local, una vez por semana. El transporte, añade Alberto, es lo más costoso y “entre los 2.500 y los 3.000 euros” por envío.