Los primeros buses eléctricos llegarán a Zaragoza en octubre y para entonces la estación de recarga tendrá que estar operativa. En total, se van a instalar 76 pantógrafos de 100kW y 150 kW que permitirán cargar las baterías de los vehículos en cuatro horas que podrían reducir a hora y media en caso de ser necesario.

Esta infraestructura no es sencilla y va a suponer una inversión de 8,1 millones de euros (IVA no incluido). Endesa ya ha iniciado las tareas en la subestación eléctrica transformadora de Torre Olivera, desde donde partirá la línea eléctrica de alta tensión de 45 kV que unirá a lo largo del tercer cinturón los 1,5 kilómetros que separan esta estación con las cocheras de Avanza. También se instalará una red interior de distribución en media tensión con sus correspondientes transformadores para los cargadores de los buses individuales.

Esta primera fase conlleva un coste de casi 3 millones, mientras que toda la infraestructura que se hará en la empresa del bus supondrá una inversión de cerca de 6.

El centro de transformación tendrá una potencia de 20 MW, los mismos que producen seis molinos de viento, o que demandan 6.500 hogares y 18.000 personas en la capital, ha explicado el alcalde, Jorge Azcón, que ha destacado que durante los primeros años la demanda de los 68 buses será de 5MW. «Así no habrá que hacer obras de ampliación. Las de ahora las hacemos en previsión de crecimiento, asegurándonos una tarifa competitiva», ha señalado el primer edil.

El director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner, ha indicado que se trata de «una instalación pionera en España y, me atrevería a decir, de Europa». 

La electrificación tiene que estar operativa en septiembre, antes de que llegue la primera remesa de autobuses eléctricos. En principio, el consistorio quiere poner en circulación durante este año 68, y hasta 2030 irán comprando los siguientes. Su autonomía será de 320 kilómetros, ha detallado el gerente de Avanza, Guillermo Ríos.

El ayuntamiento financiará con los fondos europeos la electrificación y la adquisición de los vehículos. La capital recibirá los 30,6 millones que solicitó en una primera convocatoria del Ministerio de Transportes. Por la compra de cada autobús, el consistorio recibirá de media 200.000 euros, que es, más o menos, la diferencia entre lo que precio de uno eléctrico y lo que cuestan los diésel o los híbridos, que son los que circulan por la ciudad.

El alcalde, Jorge Azcón, ha presumido del trabajo realizado por los técnicos de Movilidad. «Si hoy Zaragoza presenta este proyecto pionero es porque el Gobierno de PP-Cs decidió antes de la pandemia y de los fondos apostar por el transporte sostenible», señaló Azcón.

En cocheras se instalarán de 75 pantógrafos invertidos, de los que 37 serán de 100 kW para los buses de 12 metros y 38 de mayor potencia (150 kW) que también podrán ser utilizados por los vehículos de 18 metros. Además, se dispondrá de un cargador adicional semirrápido de 300 kW para poder cubrir situaciones imprevistas. Todos ellos integrados en la plataforma de gestión inteligente Smart Charging de Enel X y que permitirán cargar los vehículos en menos de 4 horas.

Azcón ha adelantado que el siguiente paso que deben dar está relacionado con la producción de energía «para ser más limpios y más verdes». 

Un vehículo verde ahorra 1.700 toneladas de CO2

Con los 68 vehículos eléctricos, el ayuntamiento calcula reducir las emisiones de CO2 que provoca la movilidad en la ciudad un 15% en los próximos años y, una vez que la flota esté completamente renovada, se llegará a reducir hasta un 30%. Sustituir cada bus diésel por uno eléctrico va a suponer un ahorro de 1.700 toneladas de CO2 a lo largo de su vida útil. Cuando la totalidad de los vehículos sea sostenible, el ahorro será de 621.000 toneladas.

El ayuntamiento se ha propuesto renovar toda la flota para que en 2030 todos los vehículos sean verdes y la ciudad «climáticamente neutra». Este ambicioso proyecto exige una inversión de hasta 150 millones en la renovación integral de la flota. El objetivo pasa por iniciar 2023 con 73 buses eléctricos de los 352 que tiene la flota, que ya cuenta con 111 híbridos. Está previsto que 51 tengan una longitud de 12 metros y el resto, 17, sean articulados.