Elegir coche siempre es complicado. Pero si encima se depende del vehículo para trabajar, como es el caso de los taxistas, más aún, puesto que del modelo que se elija dependerá el consumo y, por tanto, los gastos. Las opciones son diversas y, con el precio de los combustibles por las nubes, cada vez parece más rentable lo de comprarse un coche eléctrico. La diferencia de consumo entre los distintos de tipos de motores puede alcanzar los 150 euros al mes.

Lo explican tres taxistas de la capital aragonesa: Miguel Ángel Perdiguero tiene un Skoda Octavia que funciona con GLP (gas licuado de petróleo) y gasolina; José Luis Morón, un Citroën C4 eléctrico; y Juan José Mariscal, un Peugeot Rifter de gasoil. Estas son sus experiencias.

Morón es el que dispone del vehículo más nuevo. «Me lo entregaron el 28 de enero, pero llevo dos semanas trabajando con él». Se decidió por un coche eléctrico por varias razones. «Primero porque el anterior coche lo tenía cascado y a la hora de cambiar creo que es la opción que más ventajas tiene. Haciendo cuentas, la cuota que pago por el nuevo equivaldría a los costes de mantenimiento de un vehículos que funciona con combustible fósil», asegura.

Esto es debido a que el precio de la electricidad que alimenta su Citroën es mucho menor que el de la gasolina o el diésel. Su vehículo consume de media 13 kilowatios hora cada 100 kilómetros, por lo que recorrer esa distancia le cuesta 5,59 euros. «Eso hoy, que ayer cuando cargué el coche el precio del KW era de 0,43 €. Pero el coste medio en las últimas semanas era de unos 23 céntimos el kilowatio hora, por lo que los 100 kilómetros me salían a unos 3 euros», calcula Morón. Al mes, dice, se gastará unos 150 euros.

Así, aunque el precio de la electricidad se haya disparado, a Morón le sigue resultando mucho más rentable su coche eléctrico que uno de combustión. Juan José Mariscal y su Peugeot diésel lo corroboran. «Consume unos 7 litros cada 100 kilómetros. Y el gasoil cuesta ahora 1,8 euros el litro pues...». Son 12,6 euros cada 100 kilómetros. Más del doble de lo que gasta Morón para circular con su coche.

Morón señala el punto en el que se enchufa su coche a la red para recargarlo. EL PERIÓDICO

«Lleno el depósito cada dos días o así .Y llenarlo hoy me cuesta 20 euros más que hace unas semanas», dice resignado Mariscal que, por otra parte, no se plantea cambiar de coche puesto que su Rifter apenas tiene año y medio. «Está adaptado para personas con discapacidad. Estos son los únicos modelos que el Ayuntamiento de Zaragoza permite que sean de diésel. Hay coches eléctricos que se pueden adaptar pero no caben tantos pasajeros», explica.

Perdiguero se encuentra a medio camino entre los dos. Su coche funciona con gasolina para arrancar y hasta que se calienta, pero luego «tira» del GLP. «Costaba 0,40 y ahora 0,73. También se ha encarecido. Antes llenar el depósito me costaba 19,20 euros. Hoy le he puesto 22 euros y no se ha llenado», cuenta. En su caso, eso sí, tiene que rellenar el depósito a diario puesto que los tanques de GLP son más pequeños que los de gasoil o gasolina.

El gas natural multiplica su precio por tres

Y eso en el caso del gas licuado, porque en los coches que funcionan con GNC (gas natural comprimido) lo tienen ahora todavía peor. «El precio en este caso se ha triplicado. Conozco a un conductor que se ha quitado el coche porque es inasumible», asegura Perdiguero.

La opción eléctrica es, por tanto la más barata, porque además sus costes de mantenimiento son menores. «El motor tiene menos componentes mecánicos. No hay que cambiar bujías, ni alternadores, ni el aceite, ni el filtro del aire, ni los manguitos. La primera revisión me saldrá por 50 euros. Con un coche de combustión serían entre 100 y 300, dependiendo de la marca», explica. Asimismo, el consistorio subvenciona con hasta 10.000 euros la compra de taxis 100% eléctricos.

A pesar de las diferencias entre los tres modelos, los tres taxistas coinciden en que la situación al alza de los precios de los combustibles es insostenible para el sector en el medio plazo. «Esto no comenzó con la guerra de Ucrania. Llevamos desde el verano. Tendrán que tomar alguna medida. El 50% de lo que cuesta el combustible son impuestos, y cuanto más sube más impuestos se recaudan, por lo que tendrían que ajustar eso», coinciden los tres.

Explican, asimismo, que el porcentaje de ingresos que se «come» el gasto en combustible estaba antes «entre el 8% y el 10%». «Ahora, depende del motor, ese porcentaje pueda llegar al 30%», calculan.

Cada vez más taxistas optan por esperar en las paradas antes que dar vueltas en busca de sus clientes

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A este problema se le suma la escasez de materias primas, lo que hace que conseguir un coche nuevo se demore «hasta 9 meses», lamentan.

La subida de los carburantes ya tiene consecuencias en su día a día, más allá del susto que se dan cuando rellenan sus depósitos. «Ahora hay más taxis en las paradas porque no sale rentable estar dando vueltas. Si acaso te das una coincidiendo con la salida de los colegios o de las oficinas, pero hay que optimizar los kilómetros. Si no, a lo tonto, haces 45 kilómetros sin darte cuenta», dice Perdiguero, quien es además presidente de la Asociación Provincial de Autotaxi de Zaragoza.