Veintiún años han pasado ya de los primeros anuncios de una nueva infraestructura para la Guardia Civil de Zaragoza acorde con sus necesidades y características que llevaron a los diferentes ministros del Interior a proponer localizaciones tan dispares como el barrio de Las Fuentes, junto a las vías del ferrocarril o en el antiguo acuartelamiento General Luque. Todo quedó en papel mojado, si bien el próximo mes de mayo se van a iniciar las obras de lo que va a denominarse Centro Operativo de la Guardia Civil de Zaragoza que unificará unidades dispersas en diferentes edificios. Estaba previsto que el coste ascendiera a 22 millones de euros, si bien este miércoles se conoció un incremento en la factura: serán 30,9 millones de euros.

En él trabajarán 700 efectivos del instituto armado entre el personal que en la actualidad está en la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza, situada en el acuartelamiento del Carmen, además de aglutinar unidades como los especialistas en Desactivación de Explosivos (Tedax), con sede en Casablanca, o los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS-5) que están ubicados en las dependencias de Casetas, que están en muy malas condiciones. El edificio sufre de aluminosis y está construido sobre una dolina. De hecho, hubo que volar un ala entera poco después de su inauguración, en la época del condenado Luis Roldán como director general de la Guardia Civil. Allí también se establecerán las unidades de investigación, la sala del 062, una residencia para estudiantes y una galería de tiro

El proyecto fue presentado por la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, y de la presidenta del ente público Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado (Siepse), la zaragozana Mercedes Gallizo, que es la encargada de la promoción de este edificio que va a construir Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Ambas coincidieron en destacar "la necesidad" de un nuevo edificio para "servir a la ciudadanía", pero también para mejorar el trabajo diario de los agentes. Gallizo reconoció la deuda que hay con Zaragoza tanto con las instalaciones de la Guardia Civil como la Jefatura Superior de Policía de Aragón que todavía está dando sus primeros pasos, pese a la urgencia.

Fachada del nuevo edificio de la Guardia Civil de Zaragoza. EP

Si no hay problemas de última hora, las máquinas irán a la calle Belle Époque, en el zaragozano barrio de Valdespartera, en el mes de mayo y Gallizo quiere que la entrega de llaves sea en noviembre del 2023. Luego vendrá el equipamiento de los edificios del que Gámez se comprometió a "hacerlo con la mayor brevedad posible" para que esté operativo.

Gallizo destacó que va a ser un edificio que se va a autoabastecer energéticamente por las placas fotovoltaicas que se instalarán en el aparcamiento y en las azoteas del edificio, es decir, es un edificio considerado de Cero Emisiones. Estará formado por un edificio principal de la comandancia, otro para el Grupo Rural de Seguridad, un polideportivo, cinco viviendas para mandos y otras construcciones menores, un campo de instrucción y aparcamiento. Todo ello en una extensión de 51.000 metros cuadrados.

Con respecto a las actuales instalaciones situada en la avenida César Augusto, no quedarán vacías. Allí se quedará la Jefatura de la Guardia Civil de Aragón, se trasladará al mismo el destacamento de Tráfico, que actualmente está en la carretera Madrid, y habrá casa cuartel, que en la actualidad las viviendas previstas para agentes de otras ciudades destinados a Zaragoza estaban sirviendo como oficinas ante la falta de espacio para albergar a los agentes.