El Periódico de Aragón

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El nuevo campo de fútbol

El sector de la vivienda augura una moderada revalorización en el entorno de la nueva Romareda

Admiten que sería el modo más eficaz para acabar con ciertas cicatrices de Zaragoza | Dudan de que haya demanda para nuevos desarrollos y descartan una subida de precios

La parcela de San José en la que podría ubicarse el nueva campo de fútbol de La Romareda.

El futuro de La Romareda va más allá de la construcción de un campo de primera. La ubicación que se decida finalmente para albergar un estadio del siglo XXI tendrá consecuencias para el barrio elegido, también si se acaban demoliendo las instalaciones actuales y se construye sobre unos suelos que, de venderlos, reportarían más de 60 millones a las arcas municipales.

La Romareda permitiría acabar con ciertas brechas que llevan años pendientes de un desarrollo urbanístico y revalorizaría la zona elegida, aunque de una forma más moderada que en épocas pasadas y de bonanza. Así lo aseguran los expertos del sector de la vivienda, que creen que la situación dista mucho de aquellos tiempos del pelotazo y los inversores son más «cautos» después del pinchazo que llevó a la quiebra a varias empresas.

El presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Zaragoza y de la Confederación de Empresarios de la Construcción de Aragón, Juan Carlos Bandrés, admite que reubicar el campo se convertiría en un polo de atracción y generaría actividad, pero en detrimento de otros desarrollos. Básicamente porque el mercado es más limitado y porque, actualmente, el alza de los precios y la falta de suministros ha alterado todas sus previsiones.

En el caso de San José se lograría acabar con una cicatriz de la ciudad que lleva años en el limbo, un proceso que, asegura Bandrés, no sería ni fácil ni sencillo y que hace años que se estudian las fórmulas para reactivar la orla este de Zaragoza, repartida en múltiples particulares.

«La situación actual no tiene nada que ver con el pasado, cuando había más movimiento y la construcción de un centro comercial animaba a los inversores. Ahora sería difícil un nivel de actividad tal para desarrollar una pastilla como la de San José», explica Bandrés, que matiza que «no se pueden esperar grandes movimientos» con un mercado más inestable y unos compradores que no están dispuestos a pagar precios aptos para unos pocos bolsillos en urbanizaciones que no están en la ciudad consolidada. Prueba de ello es que los pisos de lujo en construcción se encuentran próximos al centro de la ciudad.

Esto no significa que no vaya a haber actividad, todo lo contrario. Bandrés asegura que el nuevo campo de fútbol generaría expectativas y se convertiría en un polo de atracción, sobre todo San José, ya que la pastilla en la que se proyecta (en su día se habló de 3.422 viviendas, 892 VPO) linda con Parque Venecia, un distrito para el que hay muchas posibilidades de crecimiento.

Ahora bien, habría que preguntarse si hay tanta demanda para una ciudad que tiene pendiente un barrio como Arcosur. El propio concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, declaró en una entrevista en EL PERIÓDICO que cualquier nuevo desarrollo frenaría su expansión.

De hecho, fuentes del sector consultadas señalan que no hay mejor ejemplo para responder a esta pregunta que fijarse en Arcosur (con mucho suelo para vivienda protegida) o el barrio del AVE, que avanza de forma discreta y con viviendas de más de 300.000 euros. También hay que tener en cuenta que el 80% de los inmuebles que se compraron el año pasado eran de segunda mano. Un cambio de tendencia que miran con preocupación los constructores.

En cuanto al precio de la vivienda, un nuevo estadio revalorizaría hasta los pisos más antiguos, aunque desde el sector aseguran que el impacto no sería excesivo porque «el mercado ya está muy regulado». Sucedería lo mismo si los suelos de La Romareda se destinan a viviendas, que acabarían siendo de lujo.

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