El Periódico de Aragón

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el debate de la ubicación del estadio

Días de partido, días de trabajo: los hosteleros temen el traslado de La Romareda

"No vivimos solo del fútbol, pero los fines de semana nos sacamos un extra", dice un hostelero

Óscar, detrás del la barra de El Duende Azul, cerca de La Romareda.

La calma que se respira entre semana en la plaza Eduardo Ibarra de Zaragoza, justo en frente de La Romareda, poco tiene que ver con el barullo que inunda todo durante las tardes de partido. Sobre todo antaño, cuando el Real Zaragoza era un club de primera y la asistencia al campo era mayor. Las terrazas y los bares de la zona, un lunes, trabajan tranquilos. Pero confirman que es el fútbol el que les aporta ese extra que les «arregla la semana».

«No vivimos exclusivamente del fútbol, pero los días de partido son los que sacamos algo más», cuenta Óscar Sánchez, del bar El Duende Azul 4, que está en la replaceta en la que se juntan 5 o 6 establecimientos hosteleros.

Al escuchar el tema de conversación, un parroquiano del bar no duda en opinar. «Los socios y las peñas están acostumbradas a venir aquí. Diles ahora que pones el campo en San Gregorio, que por las narices van hasta allá», dice el hombre. «Lo mejor sería que se quedara donde está. Es la opción más barata y el tranvía deja en la puerta. Si lo mueven será por especular», consensuan los presentes.

El Café Xamara está decorado con fotos antiguas del Real Zaragoza. ANGEL DE CASTRO

«Evidentemente que se notaría. Mucho. Aunque depende de cómo lo hicieran, porque si se llevan el campo pero hacen bloques de pisos y llegan 2.000 familias pues a lo mejor podríamos suplir una cosa por la otra», dice otro hostelero, Tomás, del Café Xamara, situado en la misma plaza, donde también está Rogelios.

El barrio, cuentan los hosteleros de la zona, está además muy envejecido, por lo que el público joven de los fines de semana «da mucho ambiente».

Los fines de semana de partido tienen mucho trabajo, y no solo en el antes y el después de los encuentros, sino también durante. Hasta la zona se desplazan muchos aficionados sin entrada pero que quieren ver a su Real Zaragoza cerca del estadio.

Se nota en la decoración de todos los bares. En casi todos los locales hay algún elemento que hace referencia al club blanquillo: boinas con el escudo, camisetas firmadas, pósters, bufandas, banderas y hasta bidones pintados de azul y blanco.

En otro establecimiento, el Jameos, también temen que si se llevan La Romareda de donde esta puedan perder afluencia. «El otro día teníamos la terraza llena. Los días de partido se trabaja más, y cuando el Zaragoza estaba en Primera mucho más. Mi jefe está a punto de jubilarse. Quizás si se llevan el estadio lo adelanta», cuenta Ana desde detrás de la barra. 

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