El Ayuntamiento de Zaragoza va a crear una comisión especial que se encargará de evaluar el estado en el que se encuentra la estructura de la basílica del Pilar. El edificio, ha explicado este martes el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, no corre ningún peligro ni supone ningún riesgo para los visitantes, si bien se quiere aprovechar la inspección llevada a cabo tras la caída de unos cascotes el pasado lunes para conocer en profundidad las posibles deficiencias que requieren una actuación, por mínima que sea.

«Lo primero que hay que transmitir es tranquilidad. No hay problemas estructurales en el edificio ni hay nada que haga peligrar la seguridad para los viandantes», ha afirmado rotundo Serrano. Este martes, los Bomberos junto con el servicio de inspección de Urbanismo llevaron a cabo una segunda revisión de los desperfectos provocados tras la caída de unos cascotes de una de las torres del templo.

Aunque habrá que esperar para conocer el resultado de este análisis, la primera revisión ya ha dejado claro, ha insistido Serrano, que no hay problemas graves. El objetivo es conocer qué es lo que provocó los desperfectos.

Los Bomberos señalan la parte que se desprendió de la torre más pegada al río y al ayuntamiento. AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA

El responsable de Urbanismo no ha descartado que haya que hacer alguna actuación tras el desprendimiento del lunes, si bien será de pequeña entidad. Al ser la basílica propiedad del Cabildo, los gastos de la obra correrán a cargo de la Iglesia.

Pero para tratar que incidentes similares puedan repetirse en un edificio tan emblemático, el Ayuntamiento de Zaragoza va a poner en marcha una comisión en la que estarán presentes los técnicos municipales de Urbanismo y Patrimonio, los responsables del Cabildo y los del Gobierno de Aragón. «Ya he hablado con la directora general de Patrimonio (Marisancho Menjón) y han aceptado la invitación», ha adelantado el concejal de Zaragoza.

El objetivo de esta comisión será recabar información para poder realizar un «diagnóstico más sosegado» del estado del templo mariano, partiendo de que no hay ningún daño de tipo estructural.

El desprendimiento de los cascotes tuvo lugar el pasado lunes a las 16.00 horas. Fue la propia vicealcaldesa, Sara Fernández, la que avisó al deán del Cabildo Metropolitano de Zaragoza, Joaquín Aguilar. «Estaba fuera de Zaragoza haciendo la compra y me llamó y entonces avisé corriendo al administrador. Cuando llegué ya estaban los Bomberos», ha explicado.

Sobre el estado del templo, Aguilar insistió también en que no corre ningún tipo de peligro. Lo ocurrido, explicó, se podría deber a los bruscos cambios de temperatura. «En un edificio tan grande siempre hay que estar haciendo cosas. Cuando no es una es otra», ha comentado.

«No estamos preocupados, solamente queremos saber qué es lo que ocurrió para tratar que no vuelva a ocurrir», ha asimilado el deán mientras los Bomberos y los técnicos municipales inspeccionaban desde las alturas la torre de Santa Leonor, la más pegada al río y al ayuntamiento.