El alcalde de Zaragoza no impulsará la construcción de la segunda línea del tranvía, por muy sostenible que sea. Jorge Azcón ha confirmado este martes que no entra dentro de sus planes por una razón: porque los informes técnicos que elaboró en su día una consultora externa concluyen que no sería sostenible económicamente, además de porque las arcas municipales no tienen músculo como para afrontar una inversión de esta envergadura.

Durante un desayuno-coloquio organizado por EL PERIÓDICO, Azcón ha enterrado de forma definitiva la segunda línea del Urbos 3. Para defender su postura recordó que ni Juan Alberto Belloch ni Pedro Santisteve, que llevaban este proyecto en su programa electoral, lo hicieron porque «vieron que no se podía pagar».

El anterior Gobierno de ZeC llegó incluso a hacer una consulta ciudadana con distintas alternativas para conocer las preferencias ciudadanas.

El actual Gobierno de PP-Cs ha defendido en más de una ocasión la necesidad de crear una línea de alta capacidad que una el este y el oeste de la ciudad, pero utilizando el autobús urbano.

Azcón ha explicado que, según los informes de la consultora Idom, la construcción de otra línea de tranvía «no es viable económicamente», sobre todo si se tienen en cuenta los niveles de endeudamiento de Zaragoza, la capital de España con más deuda.

«Si mañana el ayuntamiento deja de ser el más endeudado y la DGA, que aún nos debe 30 millones de euros de la primera línea, nos dice que nos pone 100 millones encima de la mesa, el escenario cambiaría», ha declarado el alcalde, que ha precisado que Zaragoza tiene que pedir autorización al Ejecutivo autonómico cada vez que quiere pedir un préstamo.

Por delante le queda el reto de reorganizar las líneas de autobús, cuya demanda ha variado notablemente con la pandemia. El año que viene finaliza la concesión con Avanza y los nuevos pliegos deberán adaptarse a las nuevas necesidades y modos de desplazamiento.