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EL FUTURO DEL ESTADIO

Las entidades vecinales exigen acuerdo para cerrar la operación de La Romareda

El Consorcio de Transportes realizará un estudio sobre la movilidad

Los representantes de las entidades vecinales, este miércoles en el seno del grupo de trabajo. ÁNGEL DE CASTRO

La segunda reunión del denominado «proceso de escucha» de deberá esclarecer el futuro de La Romareda tuvo como protagonistas este miércoles, en la primera parte de la reunión, a las entidades vecinales de la ciudad. Tanto la Unión Vecinal Caesaraugusta como la Federación de Asociaciones de Barrio de Zaragoza mostraron su punto de vista al respecto, si bien ambas exigieron una cosa a los partidos políticos municipales: lograr una opción consensuada.

El primero en tomar la palabra fue el presidente de la FABZ, Manuel Arnal, que como ya ha hecho en otras ocasiones afirmó que la construcción de un nuevo estadio no es una prioridad, puesto que faltan muchos otros equipamientos en la ciudad que todavía no están ni planeados.

Arnal incidió en que cualquier medida a adoptar «tiene que salir de un amplio consenso ciudadano y político» y exigió que la decisión pase por el Consejo de Ciudad al ser un asunto «extraordinario». El presidente de la FABZ también rechazó un estadio fuera de la ciudad consolidada y mostró su oposición «radical a nuevos desarrollos urbanísticos a costa de lo que se haga en La Romareda». «Apoyaríamos, en todo caso, la reforma si tiene viabilidad técnica y económica del estadio actual», añadió.

Por su parte, el presidente de la Unión Vecinal, Constancio Navarro, recordó que un campo de fútbol es «un negocio» y que este aspecto «tiene que estar muy claro porque la sociedad deportiva busca un beneficio, ya que si no no hay equipo ni campo ni nada». También defendió que sea una instalación que se use 365 días, un aspecto en el que han reparado todos los participantes que han estado en las reuniones de este grupo de trabajo.

El nuevo campo deberá servir «incluso para jugar a fútbol», dijo alguno de los intervinientes, refiriéndose a que tendrá que ser una infraestructura capaz de acoger eventos de toda índole.

Asimismo, Navarro valoró positivamente la opción de construir una ciudad del deporte que genere nuevas infraestructuras más allá del propio campo de fútbol.

Sobre las operaciones urbanísticas que serán necesarias para financiar el estadio, tanto Arnal como Navarro pidieron que sean consensuadas. «Que haya unanimidad y apoyo por parte de la ciudadanía», apuntó el de la FABZ.

Un punto en contra de la ciudad

En la reunión también participó el gerente del Consorcio de Transportes del Área de Zaragoza (CTAZ), Juan Ortiz, quien pidió al consistorio una petición formal para que este organismo, junto con los técnicos municipales, pueda comenzar a elaborar un informe sobre el impacto en la movilidad que tendría cada una de las ubicaciones que se están planteando, que en este momento son dos sobre todo: dejar La Romareda donde está o llevar el nuevo estadio al Parking Norte.

En la tercera parte de la reunión de este miércoles r también participaron expertos en turismo y técnicos del ayuntamiento, como los responsables de Ebrópolis, Zaragoza Turismo y la oficina de Proyección Exterior.

Conjuntamente, todos señalaron que la ausencia de un campo de fútbol comparable al de otras grandes ciudades es una deficiencia que le resta puntos a Zaragoza.

Dese hace años, la ausencia de un equipamiento preparado ha dejado a la capital aragonesa fuera del circuito de las grandes giras de conciertos, así como de otros eventos deportivos masivos. Sobre la ubicación, tanto Conrado Molina, de Zaragoza Turismo, como Fernando Bermúdez, de Proyección Exterior, apuntaron que sería mejor que el estadio se quedara en su actual ubicación.

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