El Periódico de Aragón

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Festival 'Zaragoza florece'

El precio de las flores se dispara un 40% en Zaragoza por la crisis y la falta de producto

Hay problemas para conseguir eucaliptos, gladiolos y algún tipo de rosa más especial | El sector se reinventa para no repercutir la subida en el producto final

Los floristas, este miércoles preparando las casetas en las que venderán sus productos. MIGUEL ANGEL GRACIA

El confinamiento aumentó la venta de flores y plantas, un servicio que se consideró esencial y que disparó sus ventas coincidiendo con el día de la Madre, el primero que se celebró sin poder salir de casa. Tantas horas de encierro despertó la necesidad de decorar balcones y salones y, lo que apreció algo puntual, ha acabado convirtiéndose en una costumbre para muchos. También ahora que el precio de la flor se ha incrementado entre un 30% y un 40% como consecuencia de la inflación, la crisis de los suministros y las inclemencias del tiempo. Una situación que está afectando directamente a las ventas, que han descendido ligeramente en los últimos meses. 

Desde la Asociación de Floristas de Zaragoza, que estos días está más atareada de lo habitual preparando el festival Zaragoza Florece, explican que están teniendo problemas para adquirir determinados productos, como los eucaliptos, los gladiolos y algún tipo de rosa. «Estamos en los mejores meses del año porque se celebren muchas comuniones y bodas, así que no paramos de reinventarnos para poder suplir las carencias que ha provocado la falta de suministros», explica su presidente, Rubén Cebollero.

Un ingenio que se complica todavía más con la subida generaliza de los precios y que también afecta al sector. «Son muy variables y cambiantes y esta semana una flor puede estar barata y la que viene por las nubes. Pasa mucho con el girasol, por ejemplo», comenta. Así que para no repercutir estas subidas tan impredecibles en el producto definitivo buscan alternativas, otras más baratas, de colores, formas y olores similares. 

El balcón del Ayuntamiento de Zaragoza, decorado con flores. EL PERIÓDICO

«Lo que hacemos es adecuar los ramos a lo que nos piden y lo que tenemos, ofreciéndoles opciones más asequibles, así evitamos tener que subir los precios finales», explica el representante de los floristas que no pasa por alto la caída en la facturación que sufrieron el año pasado por las bodas que se suspendieron o aplazaron. La demanda fue de un 20% respecto a un año normal, a lo que hay que añadir un mes de octubre atípico, con una Ofrenda de Flores muy limitada. Por contra, sí que experimentaron un importante crecimiento de las ventas en el desconfinamiento. 

«Los que no se decidieron a comprar online durante la cuarentena lo hicieron después en la tienda física. Tuvimos nuevos clientes que querían decorar sus terrazas y balcones», recuerda. 

La subida de precios también les está afectando. «Notamos que hay los que antes renovaban sus flores todas las semanas ahora lo hacen cada dos, o eligen otro tipo de producto para que les dure más tiempo o les salga más económico», comenta Cebollero, que afirma que la facturación para grandes eventos, como bodas y comuniones, se mantiene estable y en niveles similares a la prepandemia. «Lo que sí que hemos detectado es que los enlaces son más discretos, con menos gente, por lo que se precisa de menos género. O que ahora se celebran las fiestas que no pudieron en su día, así que también demandan una decoración más sencilla», matiza. 

Lo más caro y más barato

Ahora mismo las hortensias, las orquídeas y la colorida flor del paraíso son las más caras del mercado, mientras que los claveles, las margaritas o los lirios resultan mucho más baratos. De todos modos, insiste Cebollero, el precio cambia de una semana a otra por lo que puede haber sorpresas. 

El coste no ha sido un problema para el festival Zaragoza Florece que se celebra hasta el domingo en la capital aragonesa, que va a vivir desde hoy una explosión de color y olores. Un encuentro en el que participa la asociación de floristas, que se encarga del letrero principal del evento, y varias tiendas de la capital aragonesa.

«El año pasado fue todo un éxito y esperamos que este sea igual de bueno», declara Cebollero, que asegura que además de convertirse en unas jornadas de convivencia pone en valor al sector, lo que repercute directamente en las ventas. «El año pasado sí que notamos que luego venía gente con ganas de comprar alguna planta, esperemos que este nos suceda lo mismo», añade.

«En España no hay tradición ni cultura de comprar flores a diario»

El festival Zaragoza Florece, que se celebra hasta este domingo en el Parque Grande José Antonio Labordeta, pretende ser un revulsivo para el sector de los floristas. El objetivo es embellecer la ciudad pero también que la gente se acostumbre a comprar y adquirir plantas más allá de las celebraciones como bodas y comuniones. Pero, por el momento, este es un objetivo complicado de hacer realidad: «Es un evento (el Zaragoza Florece) muy bonito, pero de momento no tiene repercusión para el sector en su conjunto, solo para las personas que van allí a vender. Y para eso es necesario tener personal y transporte, algo que no todas las tiendas pueden permitirse. Por cultura y tradición, en España no hay costumbre de comprar flores. En eso estamos muy lejos de otros países de Europa», explican desde la floristería Natural, en la calle Don Jaime I. En la actualidad, explican además desde este negocio, «la gente se lo piensa mucho a la hora de comprar y comparan precios en varias tiendas hasta que se deciden». «Los precios han subido, como todo, y la gente se ha contenido», lamentan. 

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