Causó sorpresa el anunció de Javier Lambán sobre la visita de la Federación Española de Fútbol al estadio de La Romareda para comprobar si el nuevo coliseo cabría en la actual ubicación. Ni el Ayuntamiento de Zaragoza, propietario del estadio, ni la Federación Aragonesa de Fútbol eran conocedores de esta cita. Una inspección que no es baladí porque los técnicos y expertos encargados pueden cambiar los planes del alcalde, Jorge Azcón, y su equipo y devolver a la casilla de salida el proyecto tras el largo, denso y tenso debate sobre su ubicación.
El presidente del Gobierno de Aragón lo anunció el pasado viernes durante el desayuno-coloquio organizado por EL PERIÓDICO, donde dijo que deben ser los técnicos de la Real Federación España de Fútbol (RFEF) y la FIFA los que tengan la última palabra.
Una declaración que en el equipo de Azcón no ha sentado nada bien ya que consideran que, por una cuestión de lealtad, Lambán tendría que haber comunicado las intenciones de la Federación. Tampoco en la Federación Aragonesa tenían constancia de la visita.
Las diferencias entre el PSOE y el Gobierno de Zaragoza sobre la ubicación son constantes. El grupo municipal socialista ha criticado que Azcón inicie el debate del futuro campo con su emplazamiento sin conocer primero el proyecto y su coste. «Además de saber donde se hace, que diría que es una cuestión menor, lo importante es saber qué tipo de proyecto se quiere hacer, cuánto cuesta y cómo y quién lo va a pagar», declaró Lambán este viernes, apoyando así el discurso de la portavoz del PSOE en el ayuntamiento, Lola Ranera.
Además de ser la opción favorita del alcalde, como ha admitido en más de una ocasión, parece que la actual ubicación es la elegida por expertos, comerciantes, vecinos e incluso los actuales socios, que está dispuestos a apoyar económicamente la reforma.
Sin embargo, según Lambán, a Azcón le han entrado las prisas por desatascar el futuro del campo por la proximidad de las elecciones.
