El servicio de Parques del Ayuntamiento de Zaragoza adecua el sistema de riego a la época del año, siendo el verano la temporada en la que se dispara el consumo de agua, por motivos obvios. Las situación extraordinaria de calor y las fuerte radiación solar provoca un proceso de evapotraspiraciones muy elevado, por lo que las necesidades hídricas de las plantas «aumentan de manera considerable», explican desde el servicio. Para poder compensar la necesidad extra de agua se recurre a los riegos extraordinarios a través del propio sistema automatizado (aspersión y goteo) o mediante refuerzos de riego manual con mangueras o camiones cisterna.

Así, el riego de un árbol joven (de menos de tres años) en época estival se realiza cuatro veces al mes con una dotación entre los 50 y los 70 litros por cada uno de los ejemplares, es decir, unos 200 litros de agua al mes.

Los árboles de gran porte tiene un mayor volumen de copa y de raíces, por lo que tienen unas necesidades de agua mayores. En cambio, también tienen una mayor capacidad de almacenamiento de agua.

El césped

Para mantener las zonas verdes en las mejores condiciones posibles, sin que aparezcan calvas o la hierba se tiña de amarillo, se opta por los riego automatizados que requieren una menor dotación pero una frecuencia mayor que oscila entre los 7 los 9 litros por cada metro cuadrado y día.

Esta tarea suele realizarse en horario nocturno para disminuir la evaporación en las horas de máxima radiación solar. Para que el proceso sea más eficaz y, por lo tanto, se utilice menos agua, se evitan los riegos por aspersión con velocidades superiores a los seis metros por segundo.

Desde el servicio de Parques explican que «las dosis y frecuencias de riego vienen justificadas según las distintas especies y tipologías de sistemas de riego, las características del suelo (textura, estructura y pendiente) y las características climáticas, como las precipitaciones, la insolación o el viento.

Las zonas verdes o praderas de la ciudad son las primeras que acusan los síntomas de sequía, con amarilleamiento de la superficie, pero también son las que tienen una mayor capacidad de recuperación.

Para tratar de reducir el consumo de agua o, que este sea más eficaz, se están utilizan sistemas automatizados de riego por aspersión o goteo, y se está trabajando para poder telegestionar y aumentar así su eficiencia.