El Basílica del Pilar es el símbolo de Zaragoza y uno de los edificios más emblemáticos de la capital del Ebro. Pero también tiene muchos años y el paso del tiempo, unido a las inclemencias meteorológicas, no perdonan. El pasado 1 de septiembre se desprendieron unos pequeños cascotes de la torre suroeste, la que da a la plaza y está más pegada al consistorio. Y ahora, el ayuntamiento va a acometer, de forma subsidiaria, una pequeña obra para asegurarse de que no haya nuevos desprendimientos. Se trata de una actuación de carácter menor, pero que puede que no esté acabada antes de las Fiestas del Pilar.

Todavía se desconocen los plazos concretos de la obra, ni siquiera se sabe cómo se acometerá, pero dada la posibilidad de que los trabajos no se hayan terminado antes del 8 de octubre, cuando empiezan los Pilares, desde Urbanismo ya han advertido al área de Cultura para que cuente con que el entorno de esa torre permanecerá vallado, restando espacio a la plaza, lo que podría entorpecer, de no tener la previsión, en alguno de los actos que tendrán lugar durante las fiestas.

Por el momento, el ayuntamiento va a emprender «unas actuaciones de seguridad» para evitar que haya nuevos desprendimientos. Esto supondrá retirar algunos fragmentos de piedra que no están correctamente fijados a la torre. Preocupa especialmente una pieza de unos 20 kilos de peso.

Piedra en la que se ven los desperfectos causados y de la que se desprendieron los cascotes, de pequeño tamaño. BOMBEROS DE ZARAGOZA

Una vez se hayan realizado estos trabajos, se llevarán a cabo las obras de consolidación y sustitución de los elementos dañados, si bien primero deberá pronunciarse la Comisión de Patrimonio de la DGA al ser la basílica del Pilar un edificio protegido declarado bien de interés cultural.

Entonces se decidirá también cómo actuar y si es necesario montar un andamio para llegar hasta la piedra dañada, situada a la altura del reloj, lo que podría resultar complicado puesto que supondría anclar el andamiaje a las paredes del templo, o si acometer los trabajos con una cesta elevadora. Por ello, el entorno de la torre permanecerá vallado, como luce en estos momentos, pero también perimetrado y asegurado.

Revisión completa

Los trabajos los realiza el Ayuntamiento de Zaragoza de forma subsidiaria, por lo que después será el Cabildo, quien es el propietario del templo, quien tenga que pagar el coste de las obras.

De todas formas, desde el Cabildo informan que los trabajos, en todo caso, son de carácter menor y que los cascotes que cayeron son de arenisca, una piedra que se deshace con facilidad y que no pesa tanto como el granito, por ejemplo.

Ya el pasado mes de mayo se desprendieron cascotes de una de las torres, la que está en este mismo lado pero pegada el río. Entonces el motivo fue diferente y el edificio no necesitó de ninguna reparación concreta. No obstante, entonces, el consistorio envió un requerimiento al Cabildo Metropolitano de Zaragoza para que proceda a la inspección y revisión de todas las fachadas y torres de la basílica. Por el momento, la institución eclesiástica está trabajando en el proyecto pero, dado el edificio del que se trata, va a llevar todavía tiempo.