El Periódico de Aragón

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LOS EQUIPAMIENTOS DE LA CIUDAD

Zaragozeando: El bosque de la discordia

En La Paz se plantó un jardín al estilo Miyawaki, que no gusta a los vecinos de la zona

Aspecto actual del mini bosque instalado junto al parque de La Paz, que comenzó a plantarse en febrero de este mismo año. EL PERIÓDICO

Justo al lado del parque de La Paz, en Zaragoza, hay una parcela vallada dentro de la cual crecen unos pequeños árboles que todavía son palos dispuestos en vertical con cuatro hojas cada uno. «Oye, ¿esto qué es lo que es pues?», pregunta un señor a este reportero, puesto que al verle libreta en mano había pensado el hombre que se trataba de alguien entendido. «Un pequeño bosque que plantaron en verano», se le responde. «Y tan pequeño», dice antes de despedirse.

La contestación a este vecino de la ciudad, no por escueta deja de ser incorrecta, si bien es cierto que no se trata de una respuesta completa. Este periodista debería haber respondido que se trata de una plantación que sigue la metodología del experto botánico japonés Akira Miyawaki, un sistema que permite que las especies vegetales crezcan diez veces más rápido que si hubieran nacido en un entorno salvaje. Pero puede que el buen señor se hubiera quedado igual, puesto que siete meses después de que se modificara este espacio todavía no luce demasiado apetecible a la vista. Por decir algo.

Y es que toda la parcela sigue vallada, por lo que este tiny forest, como los bautizó Miyawaki (mini bosque en castellano) todavía no puede disfrutarse. Desde fuera se contempla cómo se han dispuesto los árboles dentro de un círculo por el medio del cual pasa un sendero sinuoso. Alrededor, un camino de grava blanca encorseta el invento. Y el resto de la parcela es de arena. Una retroexcavadora aparcada parece indicar que todavía se está trabajando para adecentar el entorno.

Pero más allá de la imagen más o menos cuidada del solar, el hecho es que este bosque japonés ha traído de cabeza a los vecinos del distrito de Torrero-La Paz, que ya tenían planes para esta parcela y que en ningún momento pasaban por un mini bosque. No es el hecho de plantar árboles lo que ha molestado, ni mucho menos. Sino el dónde y el cómo, ya que no se avisó a nadie antes de emprender la actuación.

El porqué no gusta la ubicación de este invento es sencillo de explicar. Y es que junto a la parcela está el parque de La Paz, donde se podrían haber plantado algunas especies nuevas y haber tapado algunas calvas que luce el césped. También pasa por ahí el Canal Imperial, que sigue pendiente de que algún Gobierno se encargue de dotar de presupuesto a un plan integral que devuelva esplendor a sus riberas. Y porque también cerca hay otro parque, el de las Víctimas del Terrorismo. Por árboles en la zona no será. Ni por lugares donde ponerlos.

El cómo se decidió plantar este bosque tiene más intríngulis. Los vecinos habían manifestado en varias ocasiones que este era un lugar perfecto para emprender un proyecto de huertos urbanos y sociales. Mientras tanto, además, las entidades vecinales habían planteado que se adecentara el solar, antes lleno de maleza, para poder celebrar actividades de cara a las fiestas del barrio. Pero ni una cosa ni la otra: un bosque japonés.

Miyawaki falleció en 2021 con 93 años y, a lo largo de su vida, promovió la plantación de más de 40 millones de árboles en todo el mundo. Si la técnica que descubrió para que las especies vegetales crezcan rápidamente ha sido bien ejecutada, en diez años este rincón de La Paz tendría que ser un pequeño pero frondoso bosque. Entonces se verá si se relajan las críticas de los vecinos, pero estos nunca olvidarán que los inventos de un botánico japonés les quitó espacio para sus huertos. 

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