El Ayuntamiento de Zaragoza incorporará a su parque de vivienda social 36 pisos recién construidos para destinarlos al alquiler. El edificio, ubicado en el barrio de La Jota, junto al paseo de la Ribera, forma parte de un conjunto residencial, Flumen Plus, con certificado PassivHaus Plus, los primeros de España con esta categoría. 

Estos pisos, de 90 metros cuadrados y tres dormitorios, se destinarán a familias numerosas. No es lo habitual, ya que la mayoría de los inmuebles municipales están dirigidos a familias monoparentales o parejas. De hecho, el pleno aprobó el pasado mes de abril la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) necesaria para regular la habitabilidad y los aprovechamientos y se acordó que el tamaño de las viviendas sea de al menos 45 metros cuadrados.

Una modificación que se planteó después de un estudio de la sociedad Zaragoza Vivienda, que gestiona 2.457 pisos, en el que constató que el 43% de los solicitantes precisa de una vivienda de dos dormitorios, mientras que el 39% buscan pisos de tres, el 14% de una y solo un 5% de cuatro. De manera que propuso la posibilidad de construir más pisos pero de menor tamaño tras analizar la demanda actual y detectar un cambio social. 

Es lo que se ha planteado hasta ahora desde la sociedad, edificios con pisos más pequeños, con la salvedad del inmueble del residencial Flumen Plus, construido por el grupo Lobe, el primero conjunto de edificios de VPO en España que recibe la certificación PassivHaus Plus, «construida de forma inteligente, sostenible y respetuosa con el medio ambiente». 

400 euros al mes de alquiler

El bloque reservado para alquileres sociales recibirá a sus primeros inquilinos a finales de año, informó el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, que ha visitado junto a la concejala de Vivienda, Carolina Andreu, y el de Urbanismo, Víctor Serrano, las instalaciones. El primer edil ha explicado que el coste del alquiler rondará los 400 euros mensuales, siguiendo los precios estipulados por la sociedad, que se encargará de la adjudicación de las 36 viviendas sociales. 

Azcón ha destacado que se trata de unas viviendas de «altísima calidad» y que, gracias a su construcción, la factura de la luz y el gas «se verá reducida entre tres y cuatro veces». Toda una ventaja para el bolsillo del inquilino pero también para el medio ambiente, ya que estos bloques «dejarán de emitir miles de toneladas de CO2 a la atmósfera a lo largo de su vida útil». 

Ayudas de los fondos europeos

Azcón ha recordado que desde 2019, el consistorio ha concedido 19,7 millones en ayudas destinadas a la rehabilitación, que han beneficiado a 5.300 viviendas privadas. La inversión total ha ascendido hasta los 40 millones, ya que los propietarios tienen que financiar buena parte de las obras y ha generado 900 puestos de trabajo. Y lo que es más importante, generará un ahorro de calefacción y refrigeración que supone la reducción de 1.870 toneladas de dióxido de carbono al año. 

El ayuntamiento, gracias a la llegada de los fondos europeos, ha diseñado una estrategia en materia de vivienda centrada en la rehabilitación, tanto de viviendas privadas como públicas. En concreto, gracias a la llegada de estas ayudas se va a acelerar la rehabilitación de los antiguos grupos sindicales, construidos entre los años 40, 50 y 60. Los tres primeros conjuntos de interés urbano en los que se va a actuar son los de Vizconde Escoriaza (en Las Fuentes), Aloy Sala (Casco Histórico) y Balsas Ebro Viejo (El Rabal). 

El consistorio zaragozano captó 6,5 millones del programa para la rehabilitación de los entornos residenciales de los fondos Next Generation de 2021, que se van a destinar a reformar 31 edificios con 250 viviendas en las que residen unos 600 vecinos. 

Una vez que estos edificios luzcan renovados (antes de 2026 por imposición de Europa), se evitará la emisión de 860 toneladas de CO2 al año, el equivalente a plantar 21.500 árboles. El ahorro de la factura podría llegar a ser de un 30%.