Paradójicamente, desde este jueves y hasta el próximo 14 de noviembre van a ser días tranquilos en las marquesinas de Zaragoza. Hasta entonces, no habrá paros de los trabajadores de Avanza, la empresa que gestiona el bus urbano. Pero esta es solo la calma que precede a la tormenta, porque a partir de ese lunes la huelga se recrudecerá y se duplicarán las horas con afecciones al servicio.
En el día de ayer, la suspensión de los paros durante unos días era desconocida por unos. «Ah, no sabía que hoy no había huelga, mira que bien», aunque otros usuarios sí que conocían las últimas novedades del conflicto. Es el caso de Sandra, que coge el bus cuatro veces al día.
«Sí, a mí me afecta pero me adapto. Consulto la app con los tiempos de llegada antes de salir de casa y ya. Llevan tanto tiempo en huelga que se ha convertido ya en un modo de vida», explicaba la mujer esperando al 38 en una marquesina en Hernán Cortés. «Yo les entiendo (a los conductores) pero al final llevan más de 500 días de lucha y eso les quita credibilidad, que para mi la tienen. Si hacen huelga que la hagan de verdad, de una vez, como se hacía en los 90».
Otro ciudadano, Dani, usuario habitual del bus tampoco se mostraba de acuerdo con la estrategia del comité: «Yo estoy a favor de que los trabajadores luchen por sus derechos y que quieran mejorar sus condiciones, pero hay que tener un poquito de conciencia porque los que estamos afectados por su huelga y por sus idas y venidas desde hace más de un año y medio somos los ciudadanos. Nosotros somos los que llegamos tarde a trabajar y los mayores se pegan un montón de rato esperando para luego ir hacinados. Es mucho tiempo ya. Somos los usuarios los que estamos pagando».
