Todo parecía encarrilado para que el 'plan Romareda' del equipo de gobierno PP-Cs en el Ayuntamiento de Zaragoza diera el próximo lunes el impulso definitivo a la construcción del nuevo estadio del Real Zaragoza. Hace solo nueve días se cumplían los mejores designios para el alcalde, Jorge Azcón, con una empresa, el propio club, dispuesto a costear las obras de construcción, una amplia mayoría en el consistorio a la que también se sumaba el PSOE y a las puertas de que la Federación Española de Fútbol hiciera oficial que la ciudad pasaba el corte para ser subsede del Mundial 2030 que aspira a organizar junto a Portugal y Ucrania.

Lo único que tenía que hacer era no patinar en los pasos a dar y asegurarse esa mayoría política el próximo lunes, 21 de noviembre, para aprobar la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que allanara el camino, en lo político, a la previsible licitación en 2023 de las obras y de la explotación del nuevo campo. Pero en pocos días parece venirse abajo el entendimiento y ahora son los grupos de izquierda que apoyaban al Gobierno, PSOE y Podemos, los que plantean sus enormes "dudas" para mantener ese voto.

A pocos días de levantar la mano o, como en otras tantas veces, dejar el visto bueno en manos de PP, Cs y Vox. La mayoría, salvo que la ultraderecha se desmarque, la tiene garantizada, pero es mínima. Tanto como las exigencias que marca esa modificación del PGOU para atar el respaldo a su propuesta.

La portavoz socialista en el consistorio, Lola Ranera, anunciaba este jueves que su voto será en contra porque falta información sobre cuestiones trascendentales como es la valoración de los suelos. Tanto los más de 20.500 metros cuadrados para usos terciarios que se quedarán adheridos a la parcela del nuevo estadio, que se expandirá para darles cabida y levantar un campo con 45.000 localidades, como los otros más de 20.000 que ya estaban y que se trasladarán a otra zona pero que de momento se quedan en el limbo como si fuera una cuestión menor en la negociación.

"Nos sentimos absolutamente engañados y utilizados. Pedimos negociación, transparencia, viabilidad del proyecto y legalidad pero tenemos muchas dudas", ha asegurado la portavoz socialista en su comparecencia ante los medios. Estas son, dichas claramente, cuestiones de calado: cuánto valen los suelos a día de hoy, qué usos terciarios tendrán y dónde tendrán los terrenos con los que se quiere financiar la reforma del eje del Huerva en Zaragoza, y si seguirán siendo los que se quedan bajo el campo de titularidad pública.

Por eso votarán en contra el lunes, salvo que el titular de Urbanismo, Víctor Serrano, les convoque a una reunión y les explique bien estos detalles que ha obviado el equipo de Gobierno municipal. "Que queremos pensar que el alcalde no está representando a otros intereses", ha apostillado Ranera.

Respecto a la propuesta de modificación del PGOU, desde Podemos también han matizado su voto del próximo lunes. La formación morada ha asegurado que les parece "razonable y lógica" la propuesta pero solo votarán a favor "si tenemos el compromiso por escrito de que el suelo seguirá siendo público, de que se negociarán los pliegos y de que se va a trabajar en la Ciudad del Deporte".

Y todas estas dudas surgen a las puertas de una reunión convocada por Serrano para mañana viernes, 18 de noviembre, con la presencia del Real Zaragoza y en la sede del club. Una invitación que no ha sido bien acogida por la oposición y que, de hecho, ha motivado que ninguno de ellos vaya a acudir a la misma, por lo que se ha suspendido. Entienden que no es ético ni estético citarse con la entidad que deberá pujar por la construcción y explotación de la nueva Romareda en un concurso público, para explicar cuestiones como la viabilidad de un proyecto que se desconoce o la cuadratura del circulo, cómo esos más de 20.500 metros cuadrados, son suficientes para costear unas obras que se han calculado en más de 150 millones de euros.

Ni PSOE, ni Podemos ni Vox estarán sentados a la mesa de un club que ya ha manifestado su voluntad de pagar íntegramente el nuevo estadio. Aunque Ranera ha anunciado este jueves también que ha pedido una reunión con el club, a solas. Zaragoza en Común ya se descartó a sí mismo de una unanimidad que es imposible. Y para salvar el consenso solo necesitaba que se refrende ese apoyo mayoritario en la Gerencia de Urbanismo del próximo lunes pero ahora todo está en el aire.

Pero lo más preocupante es que el Gobierno PP-Cs se quede en fuera de juego, con una reunión con el club que ahora pierde todo el sentido en lo político, justo el mismo día en que la Federación confirmaba que pasa el corte para ser subsede del Mundial 2030 con ese asterisco gigante que es el nuevo estadio: sin el nuevo campo no hay ninguna posibilidad.

Difícil encrucijada en un plan que ya tiene de por sí los plazos muy ajustados. Debe aprobarse el lunes "sin más demora", admitía esta semana el propio Serrano, que ha convocado a la prensa esta mañana para comunicar la oficialidad de que la subsede del Mundial todavía es posible para Zaragoza.

Lambán avisa de que el PSOE no será un "trágala" y respalda a Ranera

El presidente aragonés, Javier Lambán, preguntado por las últimas novedades en el 'plan Romareda', ha respaldado de forma clara a la portavoz de grupo municipal socialista, Lola Ranera. "Creo que el grupo municipal socialista está actuando con prudencia, responsabilidad y seriedad y me atengo a lo que la portavoz Lola Ranera haya podido decir o hacer", ha expresado Lambán.

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"Esto tiene recorrido por delante, lo que el PSOE hará es actuar con responsabilidad y seriedad. El grupo planteó una transacción en el que exigía que todo lo relacionado con la Romareda se tratara de forma negociada. Hasta ahora, lo obvio es que no ha habido negociación y lo que quiere el PSOE es que se negocie", ha recalcado el presidente y secretario general de los socialistas aragoneses.

En este ámbito, ha recordado, "el alcalde puede sacar adelante su proyecto porque tiene los votos". Por ello, ha añadido, "Si quiere los votos del PSOE, lo normal es que negocie. Un trágala el PSOE no va a ser", ha zanjado.