Este miércoles 23 de noviembre abre sus puertas restaurante Birabola -palabra que significa ‘mariposa’, en lengua aragonesa-. Una nueva apuesta empresarial de Grupo Laminero, encabezado por Aldo Sorrosal (35) y Diego Marcos (40), en Zaragoza tras el éxito de otros locales de moda como Alcachopo, Quebradora, The Monkeys o No lo veo.

Se trata de “un proyecto rompedor y cargado de fuerza, frescura y colorido” en el que han apostado por una estética muy visual protagonizada por los juegos de luces en el que las luces de neón jugarán un papel muy importante para el ambiente posterior a la cena. “Apostamos por una fusión entre la gastronomía más casual y trasgresora sin perder de vista los toques clásicos de toda la vida”, advierten desde grupo Laminero.

Ubicado en Gertrudis Gómez de Avellaneda, 43, en el barrio del Actur, los empresarios ofrecen toda una experiencia gastronómica. “Llevamos tiempo viviendo la hostelería aragonesa muy de cerca, y nos hemos dado cuenta de que no solo importa lo bien que has comido -que también es fundamental-, un servicio de calidad o las instalaciones”, explican. En un momento como el actual, marcado por la inmediatez mediática y la necesidad de compartir sentimientos y sensaciones a través de nuestras pantallas; restaurante Birabola propone convertirse en un escenario más.

Fachada del restaurante Bilabola en el Actur de Zaragoza JAIME GALINDO

Por eso, Birabola comenzará desde el momento en el que se pone un pie en el establecimiento. Una vez acceder al local, las sorpresas no dejarán de producirse. ¿Cómo? “A parte de una sorprendente carta, en un ambiente cómodo y tranquilo, contaremos con una selección de ‘photocalls’ divertidos, luces de colores, o la posibilidad de comer en el interior de una jaula gigante. Cosas que tendréis que descubrir por vosotros mismos” añade Leticia González, gerente del restaurante.

En cuanto al concepto gastronómico, Edu Comín, asesor gastronómico y profesor en la escuela TOPI, junto a Sergi Morlans, Jefe de cocina, han decidido hacer suya la afirmación de que  “Compartir es vivir”. “Las madres decían que no se juega con la comida. En Birabola va a ser difícil. En nuestras mesas podrás montar un picnic al instante, comer un menú de streetfood asiático como si de un puesto callejero filipino se tratase, degustar una auténtica barbacoa de Bifé de res o un sabroso chile chipotle con el que hacerte unos tacos; compartiendo, repartiendo y disfrutando y jugando”, explica el cocinero.

Compartir es vivir

Sin ir más lejos, los asistentes podrán disfrutar de nuestro Tomahawk especial -pieza de carne premium-, cortada con un sable mientras las llamas devoran la pieza aromatizándolo con Tennessee whisky, de un delicioso arroz de shiitake, con ostra y portobello, acompañado de trigueros asados y ali oli de ajo negro o de la sabrosa y visual pink carbonara, un fussili de pasta fresca y remolacha con la auténtica carbonara de guanciale y parmesano. ¿Y al llegar a los postres? A seguir jugando. En esta ocasión deberemos hacer uso de un martillo para degustar alguno de ellos.

Por la noche, la estética del Birabola ofrecerá un cambio radical gracias al juego de luces y el ambiente neón, en el que un equipo de bartenders ofrecerá varios cócteles clásicos, eso sí, con un toque especial como el Cosmopolitan ‘Love Potion’ con algodón de azúcar o la piña colada con un globo de helio. En el local encontramos un tocador de maquillaje con pinturas de colores, pegatinas y tatuajes de flúor. “Es hora de que se abran las puertas del local y de que las alas de mariposa batan con fuerza, nos enseñen sus colores y el aire que generen se convierta en un auténtico huracán que revolucione el concepto de una experiencia gastronómica única en la ciudad”, concluye Comín. 

Los dos propietarios del local posan para El Periódico de Aragón JAIME GALINDO