El conflicto en el transporte público

El autobús de Zaragoza pierde durante las semanas de huelga más de 100.000 viajeros

Avanza y el comité se reúnen antes de que la empresa retire la oferta del SAMA | El servicio ha pasado de transportar 1,6 millones de usuarios a 1,5 en solo siete días

Usuarios accediendo al autobús de la línea 33.  | ANDREEA VORNICU

Usuarios accediendo al autobús de la línea 33. | ANDREEA VORNICU / carlota gomar

Carlota Gomar

Carlota Gomar

El conflicto del autobús urbano podría llegar a su fin en la reunión de hoy. La empresa Avanza y el comité volverán a verse las caras tras más de dos semanas sin negociaciones con el propósito de alcanzar un acuerdo que ponga fin a 21 meses de conflicto y 197 jornadas de paros. Una huelga que ha obligado a los usuarios a buscar alternativas para llegar puntual al trabajo, al colegio o al lugar al que se dirigen. Los datos no mienten y durante las semanas de paros el servicio pierde alrededor de 100.000 viajeros, más de 14.200 cada día.

La plantilla decidió endurecer los paros el pasado 2 de noviembre. Una mayoría aplastante avaló la propuesta del comité de doblar las horas, que pasaron de tres a seis generando cierto caos en la movilidad de la ciudad. Durante los días de tregua que transcurrieron desde el referéndum hasta que se retomó la convocatoria, los autobuses registraron 1,6 millones de viajeros. Eso fue la semana del 7 al 13 de noviembre, mientras que la siguiente (del 14 al 20) ya fueron 100.000 menos.

Desde septiembre, el número de validaciones durante las semanas de paros no ha superado el millón y medio, lo que evidencia que son muchos los que optan por el coche para desplazarse o, en el mejor de los casos, por las bicis y los patinetes eléctricos. O mejor aún, se desplazan a pie.

En un día laborable se producen entre 260.000 y 270.000 validaciones en el bus, y en los días de paros caen hasta los 250.000, según los datos facilitados por el área de Movilidad y la empresa Avanza.

Este descenso del 6% en el número de las validaciones tiene consecuencias económicas importantes que dificultan aún más la negociación. Desde Avanza, que mantiene vigente hasta hoy la oferta del SAMA, llevan tiempo advirtiendo que las pérdidas acumuladas tras dos años de conflicto no juegan a favor de los empleados ya que cada vez tienen menos margen de beneficios.

La demanda del bus sigue un 20% por debajo de la habitual, frente a la del tranvía que se sitúa en el 14%. La recuperación de ambos medios de transporte está siendo muy desiguall y el número de viajeros del Urbos 3 se ha incrementado un 30% respecto al año pasado. En septiembre fueron 2,1 millones las validaciones registradas en los convoyes, 332.479 más que hace un año. Muy distinta ha sido la evolución del bus, que tan solo experimentó un crecimiento del 6,1%, pasando en 12 meses de los 5,8 usuarios a los 6,2 en septiembre.

El pasado mes de octubre la cifra mejoró hasta las 7,1 validaciones, en parte, por el efecto de las fiestas del Pilar, en las que también hubo paros. El mes de noviembre sufrirá en su estadística las consecuencias de la huelga, la más dura con jornadas de 6 horas de paros, y no se alcanzarán los siete millones de viajeros.

Pérdidas

La caída de usuarios cada es mayor. En mayo, por ejemplo, eran 10.000 los usuarios que dejaban de utilizar el bus para desplazarse durante los días de paros, que por aquel entonces eran de tres horas repartidas en tres tramos. Ahora son 14.000 viajeros menos al día. Un aumento que refleja el hartazgo de los usuarios, cansados de esperar en las paradas.

Nadie se libra de las consecuencias de la huelga. Las pérdidas económicas para los empleados ahora rondan los 400 euros al mes, mientras que la empresa está dejando de facturar los kilómetros que no recorren sus autobuses. También pierde el consistorio, que paga por cada uno de esos kilómetros, haya más o menos viajeros.

Desde que el inicio de la actual concesión, en 2013, el coste del servicio se ha incrementado en tres millones, hasta los 77 anuales, mientras que los ingresos que ha obtenido el ayuntamiento por la venta de billetes han descendido un 28%, hasta los 30,4 millones. Una caída en picado provocada por la pérdida de usuarios.

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