PROYECTOS

Desde los cacahuetes y hasta el futuro estadio de Zaragoza: todo pasa por Idom

La empresa de ingeniería y arquitectura tiene en cartera alguno de los proyectos que van a transformar la ciudad en los próximos años, como La Romareda

Aspecto exterior que tendrán los 'cacahuetes' de la Expo.

Aspecto exterior que tendrán los 'cacahuetes' de la Expo. / EL PERIÓDICO

Iván Trigo

Iván Trigo

Su nombre está en la firma de muchos de los proyectos que están naciendo en Aragón. Desde el diseño de los nuevos paseos comerciales de la capital hasta el anteproyecto de la nueva Romareda encargado por el Real Zaragoza pasando por las nuevas naves de Amazon en Plaza. Son todas actuaciones transformadoras de una empresa, Idom, que cuenta con 120 trabajadores en la capital aragonesa. Esta semana ha celebrado una convención en la ciudad en la que se han reunido más de 200 directivos de la compañía procedentes de todo el mundo.

La lista de proyectos que tienen en cartera es larga, y más que lo sería si muchos no fueran confidenciales todavía. Corresponde a sus clientes hacerlos públicos. Pero el reciente anuncio del Real Zaragoza, que desveló que había contratado a Idom y al arquitecto César Azcárate, para diseñar la nueva Romareda, les ha puesto en el centro de todas las miradas. Desde la Expo quizá no ha habido un proyecto en Zaragoza con tanta capacidad de atracción, pero los jefes de Idom le quitan hierro al asunto. Por supuesto que les hace ilusión, afirma el director de la oficina en Zaragoza, Fernando Martínez, «pero nosotros no nos centramos solo en grandes proyectos, atendemos a cualquier cliente que venga con una necesidad concreta. Sea grande o pequeño. Y lo atendemos con la misma exigencia. No podríamos hacer proyectos de gran envergadura si no hiciéramos cientos de proyectos pequeños todos los años», asegura.

Lo cierto es que Idom se está convirtiendo en una de las firmas de ingeniería y arquitectura con más proyección en la comunidad dados los proyectos que se le han encargado. Trabajan con Saica y Amazon, entre otras grandes multinacionales. Son responsables del diseño de la última reforma de las zonas abiertas de Puerto Venecia, de las fachadas de Gran Casa, de las viviendas en los cacahuetes de la Expo, de la futura plaza San Pedro Nolasco… En ingeniería se encargarán de la asistencia técnica de un tramo de la A2 y en materia de energías renovables trabajan con Iberdrola, Enel, Forestalia, Capital Energy, Repsol… La diversidad es uno los sellos distintivos de esta firma.

«Por ejemplo ahora en Aragón el sector farmacéutico ha empezado a tirar con fuerza y hemos sido capaces de crear un equipo muy potente en ingeniería y arquitectura para laboratorios», cuenta Eduardo Aragüés, arquitecto de Idom. La empresa se ha encargado de levantar las nuevas naves de marcas como Certest y Operon. «No tenemos un solo producto. Tenemos profesionales expertos en cosas muy concretas que trabajan en equipo para poder diversificarnos. No necesitamos subcontratar partes de los proyectos que hacemos», afirma Martínez.

Y aunque no hagan ascos a nada, una de las especialidades de esta compañía con presencia internacional son los estadios de fútbol. El nuevo San Mamés lleva el sello de Idom. El futuro Camp Nou también. El estadio de la Cerámica del Villarreal, el Ciutat de Valencia del Levante, la remodelación del Monumental de River Plate (Buenos Aires) y el nuevo campo del Everton (Liverpool), entre muchos otros, también son hijos de esta firma.

Zaragoza puede soñar con un gran campo

Sobre el diseño de la nueva Romareda, Martínez y Aragüés poco pueden adelantar. Solo que están trabajando ya en el anteproyecto. «Es una ilusión enorme, es un gran proyecto, es un reto como arquitectos e ingenieros pero también como zaragozanos y vecinos del barrio», dice Martínez. Y es que las oficinas de Idom están justo en frente del estadio municipal de fútbol de la capital aragonesa.

«Ha sido un encuentro muy bonito entre el Real Zaragoza y nosotros, pero también en cierta medida bastante lógico, porque estamos trabajando ya en los principales estadios de fútbol de España y del mundo. En Zaragoza tenemos un equipo de 120 personas capaz de abordar un proyecto complejo», completa Aragüés.

Interior del estadio de San Mamés, en Bilbao.

Interior del estadio de San Mamés, en Bilbao. / LUIS TEJIDO

Idom también fue el encargado de redactar el informe que señalaba la idoneidad de la actual ubicación del estadio para levantar uno nuevo. En esta parcela, afirman ambos responsables de la empresa, cabe un campo digno de la quinta ciudad de España. ¿Puede Zaragoza soñar con un estadio a la altura de San Mamés, por ejemplo? «Sí. Sin ninguna duda. Absolutamente. San Mamés está bastante más encajonado que La Romareda. La Romareda será un reto precisamente porque todo lo que hagamos será muy visible», explica Martínez.

Con el estadio que se construya, que tendrá capacidad para unos 45.000 aficionados, Zaragoza aspira a ser sede del Mundial de fútbol de 2030. «No podemos quedarnos fuera de eso», cuenta Martínez. Y un detalle que adelanta Aragüés sobre el futuro estadio: no tendrá aire acondicionado, como sí que ocurre en los estadios qataríes. «No es sostenible. Las medidas para garantizar el confort térmico serán más pasivas que activas. Habrá que garantizar el sombreado y facilitar que haya flujos de aire. Se está enfocando por ahí», adelanta Aragüés.

Incertidumbre

Pero más allá del estadio de fútbol, del que ni Martínez ni Aragüés pueden dar más detalles, Idom tiene en cartera otros tantos proyectos. Muchos se hacen evidentes a la ciudadanía porque son transformaciones del espacio público, como el cambio que se está llevando a cabo en la calle Delicias, pero hay otros tantos que no se ven. «Tenemos encargos de 10.000 euros, de 20.000... Pero la intensidad y la exigencia con la que trabajamos es igual que con La Romareda», asegura Aragüés.

La oficina de Idom en Zaragoza prevé cerrar el año con una facturación por encima de los 10 millones de euros. Desde el año 2017 ha aumentado su plantilla en unos 35 empleados, si bien el crecimiento no es el objetivo prioritario de la firma en Aragón, que está en pleno proceso de apertura de sedes por todo el mundo. Así, de ser una empresa que desde España trabajaba para todo el mundo quiere convertirse en una compañía con presencia allí donde haya clientes.

«En Aragón nuestro objetivo no es crecer, no vamos a ganar peso específico dentro de Idom. Queremos atender al mercado local y convertirnos en una referencia. Que nuestros clientes sepan que pocas empresas como Idom pueden resolver sus proyectos por complejos que sean», afirma Martínez.

Pero, ¿Aragón da de sí para mantener el mercado activo? «Nuestra comunidad tiene un PIB industrial mayor que el resto, tiene la parte de las energías renovables, la logística...», cuenta Martínez.

Interior de los 'cacahuetes' de la Expo, donde se construirán viviendas.

Interior de los 'cacahuetes' de la Expo, donde se construirán viviendas. / EL PERIÓDICO

El momento actual está marcado por una palabra: la incertidumbre. «Todo el mundo piensa que el crecimiento de estos dos últimos años después de la pandemia se puede parar», asegura el director de Idom en Zaragoza. Su oficina ha crecido un 20% en volumen de actividad en los dos últimos años. Pero a pesar de los riesgos, Martínez apunta que «hay una gran diferencia» con respecto a la que fue la crisis del 2008. «Los fondos europeos parece que están llegando, hay proyectos que se están empezando a licitar, y eso va a permitir que siga habiendo uno o dos años más de mucha actividad. Pero la incertidumbre sigue ahí», admite.

¿Y con que sueñan un ingeniero y un arquitecto acostumbrados a hacer de todo? «¿Proyectos soñados? Te podría decir muchos y La Romareda puede ser uno de ellos. Pero no creo que haya un proyecto soñado. Nuestro sueño es poder seguir aportando a la sociedad aragonesa», zanja prudente Martínez. 

Padres de un edificio Expo a cargo de su transformación

Idom fue el encargado de diseñar en su momento los pabellones de la Expo después conocidos como cacahuetes, donde el Gobierno de Aragón quiere construir viviendas. Y ese proyecto para transformar un esqueleto de hormigón en pisos para jóvenes también lleva el sello de Idom, que en esta ocasión se ha aliado con Ingennus.

«Cuando redactamos ese proyecto en el año 2006 lo pensamos para que funcionara muy bien como un edificio de oficinas o de destino final. Y que en ese edificio, en mitad de su vida, iba a ocurrir la Expo. Pero no podíamos diseñarlo solo para la Expo.. Por eso pusimos los forjados a una altura de 8 metros. Para que se puedan insertar en el medio un forjado a cuatro metros. Y los pilares ya están preparados para recibir las vigas y recibirlo todo», explica Aragüés.

Uno de las dificultades del proyecto, que se entregará en marzo al Gobierno de Aragón para que pueda licitar las obras, será abrir patios interiores. No obstante, el diseño propuesto por Idom de que se accedan a las viviendas a través de pasarelas individuales fueron una de las ideas que marcaron la diferencia para que se hicieran con el concurso. 

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