URBANISMO

Un nido de suciedad que alentó la lucha: así están los suelos de la antigua factoría de Aceralia en El Picarral

Los vecinos aplauden el desarrollo de la zona pero piden proyectos más ambiciosos

Iván Trigo

Iván Trigo

Claro y conciso fue el presidente de la asociación de vecinos Picarral-Salvador Allende, Javier Artal, a la hora de definir lo que es hoy el solar que ocupaba antaño la antigua fábrica de Aceralia. «No hay más que mierda», declaró en presencia del alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, y el presidente de Saica, Ramón Alejandro. El representante vecinal comenzó así una intervención en la que dejó claras dos cosas: su satisfacción por el impulso del ayuntamiento para regenerar esa cicatriz urbana; y también que el proyecto presentado no es el que más les gusta, pero dijo que es un buen punto de inicio que permitirá «hacerles soñar en un futuro».

El Picarral tiene tras de sí una larga historia de reivindicaciones vecinales que siempre han estado ligadas con la industria de la zona. Todavía se conservan en blanco y negro fotos de las manifestaciones que, ya el siglo pasado, reclamaban la marcha de las industrias asentadas en el barrio. «Somos pobres pero honrados y no queremos vivir atufados», se leía en las pancartas de la época. «Barrio contaminado, niños perjudicados», gritaban también.

De ahí que los intereses de los vecinos hayan chocado con los de Saica, la última gran industria que queda en la zona y que, según aclaró ayer el presidente de la compañía, Ramón Alejandro, quieren consolidar su presencia en el barrio. Pero tras muchas conversaciones todas las partes parecen haberse puesto de acuerdo, si bien Artal pidió que la regeneración de la zona no se quede en el proyecto planteado ahora por el ayuntamiento.

¿Un helipuerto para drones?

Por ello, Artal reclamó ante el alcalde que no se destinen tantos metros cuadrados a zonas verdes, porque acaban siendo «cagaderos (sic) para perros». Como ideas, propuso que se construya un apartadero ferroviario en el que pare el canfranero o «un helipuerto para drones». «Pero todo eso pasa por que se desarrolle la zona», aclaró, justificando así su apoyo a la modificación del PGOU planteada por PP y Ciudadanos.

Hoy en día, el solar de la antigua factoría de Aceralia es un enorme descampado en el que se acumula la basura y la suciedad. El abandono de la zona también ha generado algunos problemas de convivencia en el barrio, ya que en solar ha llegado a haber asentamientos chabolistas y también se ha usado el para el consumo de droga. «Estamos muy contentos, aunque tenemos una sensación ambivalente porque sabemos que todo lo planteado es a largo plazo», zanjó el presidente de la asociación de vecinos del Picarral. 

Suscríbete para seguir leyendo