Tres años se cumplen este mes del hundimiento parcial de la losa superior del parking subterráneo de Salamero. Aquel incidente, provocado por un fallo constructivo en el que es uno de los aparcamientos bajo suelo con más solera de Zaragoza, y que obligó a cerrar una plaza que, a día de hoy, sigue siendo intransitable. Pero pronto, cuando las máquinas dejen de trabajar, la obra para la reforma de este entorno del centro de la ciudad habrá terminado. Aunque el día de la inauguración puede que todo no luzca lo impoluto que marca el protocolo por culpa del incivismo, que en las últimas semanas se está cebando con la plaza.
«Por favor, respeten las plantas. No las quiten, la ciudad es de todos. Tengamos una ciudad bella», reza un cartel colocado por un vecino en uno de los maceteros que hay entre la plaza y la calle Teniente Coronel Valenzuela. Y es que los parterres de Salamero, que se plantaron justo antes de la Navidad, han sido al parecer un objeto de deseo para los amigos de lo ajeno. En todos falta alguna planta mientras que en otros hay ya vegetación arrasada y pisada. Y solo ha pasado un mes desde que se inauguraron las aceras.
En los laterales de la plaza Salamero se ha optado por colocar parterres a ras de suelo, sin ninguna protección ni separación con respecto a las aceras, tal y como se ha hecho en otros entornos reformados en este mandato como la plaza Santa Engracia o la calle Predicadores.
Parterres a ras de suelo
Quedar quedan muy bien, pero parece obvio ya que no son la mejor opción a la hora de mantener en buen estado la vegetación existente. Ya ocurrió en Santa Engracia: cuando se abrió comenzaron a desaparecer flores. Y ahora en Salamero las plantas están corriendo la misma suerte. Así, no hay ni un solo parterre en el que no se haga evidente el incivismo de algunos ciudadanos. Los hoyos y los huecos entre las macetas dan cuenta de ello.
En otras zonas, el problema ya no es solo que falten las plantas recién plantadas, sino que las que hay han sido arrasadas, pisadas y destrozadas. En los parterres que hay en frente de la discoteca Hide, además, la basura se acumula a puñados entre las maltratadas plantas. Hay vasos de plástico, cajetillas de tabaco, decenas de colillas, latas, botellas y alguna que otra mascarilla.
Esta situación se da cuando la plaza Salamero empieza a configurarse como el futuro espacio que será. En las últimas semanas se han estado colocando las estructuras metálicas que después se cubrirán con vegetación para dar sombra. También son ya visibles los grandes parterres centrales que configurarán un espacio renovado en una plaza que ha estado en obras casi todo el mandato y en la que se han invertido entorno a una decena de millones.
Fue el 28 de enero de 2020 cuando la losa que cubría el parking y que servía de suelo de la plaza cedió unos centímetros. Tras las primeras inspecciones, se dijo desde el ayuntamiento que el problema podría repararse «en dos meses». Entonces se evitaba hablar de hundimiento y de fallo constructivo y se optaba por definir lo ocurrido como un «abombamiento».
Pero aquel abombamiento ha supuesto casi tres años de obras para los vecinos, que podrán inaugurar la plaza en las próximas semanas, aunque puede que sin todas las macetas que debería haber si el incivismo sigue campando a sus anchas en un entorno, el de la plaza Salamero, que muchos siguen llamando la plaza del Carbón.