'El Buñuel no se rinde' y sale a la calle contra su desalojo en Zaragoza

El frío se lo puso difícil a ese largo medio de millar de manifestantes que iniciaron en la plaza Aragón de Zaragoza su concentración de protesta contra el desalojo del Centro Social Luis Buñuel, consumado por el Ayuntamiento de Zaragoza durante la madrugada de este pasado miércoles 8 de febrero. Costó arrancar, con trece minutos de retraso respecto a las 19.00 horas, y también costó afinar las gargantas, que se hicieron notar a medida que avanzaba la marcha en dirección a la plaza del Pilar. El lema de la pancarta que encabezó la protesta, «el Buñuel no se rinde», lo fue también de los gritos de los manifestantes, entre los que resonó con fuerza «un desalojo, otra okupación» o «tiembla, Azcón, habrá otra ».

A lo largo de esta fila, que obligó a cortar el carril de circulación de paseo Independencia en dirección hacia Plaza España, también se colaron otras pancartas reivindicativas del tipo 'Dale vida al Buñuel', 'No al desalojo del Buñuel, barrios vivos y solidarios' y 'En defensa de la lucha comunitaria'. A esta fila de gorros, boinas y bufandas se fueron sumando a cuentagotas otros pocos que se toparon con la manifestación mientras paseaban por el centro de la capital aragonesa.

La quedada en plaza Aragón se convirtió en un reguero de abrazos entre compañeros de diferentes edades que se negaban a abandonar este centro fundado en 2011 en el zaragozano barrio de El Gancho. Allí se juntaron jubilados, adolescentes y adultos con sus carritos de niño. «Si esto no se arregla, seguimos en la puerta», pronunciaban las voces cantantes en el momento en el que procedieron a invadir la calzada de Vía Independencia. Un veinteañero, de los primeros en llegar a la concentración, tildaba de «injusto» el desalojo del Luis Buñuel, «centro de acogida de muchos colectivos sociales para los que ahora y no existe ese espacio».

Hasta este pasado miércoles, en el Luis Buñuel participaban en más de 40 entidades de carácter social y de voluntariado civil, cuyas actividades eran muy diversas como sede de la banda musical de La Almozara o como sede de Artistas por la Paz. También contaba con biblioteca y ludoteca y en él se daban clases de yoga, teatro, gimnasia para mayores y danza. Algunas de estas organizaciones, como la Olla Solidaria, ya han encontrado un nuevo emplazamiento a un local de la Asociación de Vecinos Lanuza-Casco Viejo.