SERVICIOS SOCIALES DE ZARAGOZA

Arbitrar para evitar la exclusión

El Albergue y las federaciones deportivas de Aragón colaboran en un nuevo proyecto enmarcado en el plan de primera oportunidad para que personas vulnerables se acerquen al deporte y se formen como colegiados

Responsables del Albergue y de las federaciones deportivas posan junto a las personas que se formarán como árbitros.

Responsables del Albergue y de las federaciones deportivas posan junto a las personas que se formarán como árbitros. / ANDREEA VORNICU

Iván Trigo

Iván Trigo

Jesús pasó el confinamiento en 2020 en el Albergue de Zaragoza. Antes había jugado al ajedrez alguna vez. Conocía los movimientos pero «poco más». Durante los meses de encierro, conoció a un ruso con el que pasaba los muchos ratos muertos ensayando jugadas. Moviendo peones y alfiles. Y le gustó. Tiene 55 años y es una de las personas que va a participar en el plan de primera oportunidad del Ayuntamiento de Zaragoza para aprender a arbitrar. «No tengo trabajo, para mí es un aliciente. Lo veo como algo muy positivo para ocupar mi tiempo y tener expectativas en la vida», cuenta el hombre.

Este plan puesto en parcha por los servicios sociales municipales lleva tiempo en marcha y tiene varias derivadas. Ahora le ha surgido una nueva pata, la del deporte, con la que se pretende solucionar un problema que tienen las federaciones deportivas, que es la falta de árbitros, contando con personas en riesgo de exclusión social que pueden aprender así un oficio y adoptar un modo de vida más activo y saludable. Todos ganan.

Todo comenzó con una conversación hace «dos o tres meses». «Estábamos comentando que en el Albergue cada vez hay usuarios más jóvenes y nosotros dijimos que algunas federaciones deportivas de Aragón estaban faltas de árbitros y ahí es cuando surgió la idea», explica ahora el vicepresidente de la Confederación de Federaciones Deportivas Aragonesas (Cofedar), Guillermo Kleingries, quien es también el presidente de la Federación Aragonesa de Natación.

Por el momento, hay entorno a una quincena de personas que se han apuntado a formar parte de esta iniciativa. Algunos son usuarios del Albergue y otros han pasado por este recurso habitacional antes. La idea es que las propias federaciones deportivas les formen con cursos reglados para que puedan acreditarse como árbitros. «Creemos que puede ser una oportunidad para ellos porque puede ser una puerta hacia nuevas salidas laborales, pero también es una forma de que estas personas se desenvuelvan en un ambiente sano y lúdico», comenta Kleingries.

El inicio de los cursos dependerá de cada federación y la duración de cada uno de ellos estará condicionada por cada especialidad deportiva. «Faltan árbitros en muchas federaciones porque con la pandemia hubo mucha gente que lo dejó. Además, aunque haya una pequeña remuneración, muchas veces depende del altruismo, y de eso no se puede tirar todos los fines de semana. Muchos son chavales jóvenes que, por ejemplo, en época de exámenes no tienen disponibilidad todos los fines de semana», añade Kleingries. Por el momento, agrupaciones como la de voley, tenis de mesa, waterpolo, ajedrez y atletismo, entre otras, se han sumando a esta iniciativa integrada en el plan de primera oportunidad. «Esperamos que se puedan sumar otras más grandes como la de fútbol y basket para atraer a más gente», afirma también el vicepresidente de Cofedar.

Así, cuenta Kleingries acompañado por Miguel Royo, el secretario de esta confederación, habrá deportes en los que con apenas tiempo de formación las personas estarán listas para arbitrar, mientras que otras especialidades más técnicas, como la gimnasia, requieren de una mayor inversión de tiempo. Y si la cosa prospera, desde Cofedar se plantean también, más adelante, ofrecer cursos de entrenadores. «También hay mucha falta de técnicos».

Una forma de socializar

Antes de que se pusiera en marcha el plan de primera oportunidad con los usuarios del albergue, que busca mejorar la sociabilidad de las personas en riesgo de exclusión social y también dotarles de habilidades para que sean capaces de reingresar en el mercado laboral, «ya existía un grupo de deporte con el que íbamos los jueves a La Granja para poder ocupar una parte del tiempo en ocio saludable», cuenta el director del albergue, Juan Manuel Harto.

«Pero entonces apareció la idea de tener un objetivo a la hora de hacer deporte, como es formarse como árbitro. Nos pusimos en contacto con gente que ha pasado por el albergue y podemos decir que hemos tenido cierto éxito, porque hay ya 15 usuarios apuntados», añade Harto.

Charly, de 25 años, es uno de ellos. «En principio me hubiera gustado ser árbitro de fútbol, pero no hay y me he apuntado en atletismo y gimnasia. Quiero conocer cómo funcionan estos deportes y relacionarme con otras personas. Es hacer algo nuevo», comenta el joven.

David, con 48, también busca en el deporte una forma de socializar. «Me interesa el arbitraje pero también desarrollar amistades. Me gusta el vóley y el atletismo», explica. «Tengo algo de experiencia practicando pero arbitrando no», añade.

Y experiencia en el fútbol tiene también Todor Ivanov, un búlgaro de 60 años que llegó a jugar en la segunda división de su país con el Spartak Pleven. «Me he apuntado a tenis de mesa. Me gusta y se me da bien», afirma.

Sus historias son las de muchas personas sin voz a las que el Albergue quiere dar nuevas oportunidades para salir de una rutina que a algunos les mantiene alejados de la sociedad.

«Desde hace tres años, el plan de primera oportunidad del Ayuntamiento de Zaragoza es una referencia nacional por su capacidad para facilitar la inserción social de las personas sin hogar, a través del acceso a viviendas tuteladas, talleres ocupacionales y ahora también, con esta iniciativa, para fomentar la socialización a través del deporte», zanja el concejal de Acción Social, Ángel Lorén.