MEMORIA DEMOCRÁTICA

Un cartón oculta la frase franquista que debe retirarse dentro del Pilar

Se trata de una solución provisional hasta que se coloque una lámina de latón. El consistorio ya tiene autorización para retirar los azulejos de la plaza de la Santa Cruz

Así luce ahora la inscripción, con un cartón encima.

Así luce ahora la inscripción, con un cartón encima. / EL PERIÓDICO

Iván Trigo

Iván Trigo

Con un cartón y sujeto con cinta americana. Así se han cubierto por el momento las tres líneas de una inscripción situada junto al coro mayor de la basílica del Pilar que deben ser retiradas en cumplimiento de las leyes de Memoria Democrática. Se trata de una solución, eso sí, provisional que no deja de llamar la atención por lo que resalta con la estética del monumental interior del templo.

En latín, este texto decía: Tras la guerra de liberación de la patria y obtenida felizmente la victoria, los fieles cristianos de toda España, agradeciendo a la bienaventurada Virgen María del Pilar al haber escuchado sus votos, la visitan como peregrinos con filial amor y piadosa penitencia mientras, llenos de júbilo celebran el XIX centenario de su venida. Años 1939-1940 del nacimiento de Cristo.

Tras la petición de un particular y los requerimientos de información realizados por el senador de Compromís Carles Mulet, el Gobierno de Aragón instó al Cabildo del Pilar a retirar «las tres primeras líneas» de la inscripción porque son «las que incumplen la ley de Memoria Democrática de Aragón. Por lo tanto, la parte del texto que desaparecerá es la siguiente: Tras la guerra de liberación de la patria y obtenida felizmente la victoria. El resto se quedará igual.

Según ha considerado el Gobierno de Aragón, reticente a eliminar otros vestigios de la ideología franquista dentro del templo, como las dos bombas expuestas y que fueron utilizadas para la propaganda fascista, esas tres primeras líneas de la inscripción sí que incumplen las leyes memorialistas porque se refieren a la guerra civil como si de una cruzada se tratara en la que, según los líderes de la sublevación del 36, había que limpiar España de los enemigos de la patria. 

La colocación de este cartón es una solución provisional para cumplir con las leyes de Memoria Democrática. Según lo acordado entre el Gobierno de Aragón y el Cabildo, el arreglo definitivo pasará por eliminar esas tres líneas de texto tapándolas con una lámina de latón que se ornamentará con una imagen de la Virgen del Pilar. Se espera que en las próximas semanas esta lápida ya pueda lucir su aspecto final y se retire el cartón para instalar el latón, que a pesar de la rima, no quedan igual de bien.

En la plaza Santa Cruz

Por otra parte, la comisión de Patrimonio del Gobierno de Aragón ya ha dado el visto bueno a la propuesta del Ayuntamiento de Zaragoza para retirar unas placas cerámicas situadas en la base de la cruz de hierro instalada en el centro de la plaza Santa Cruz, situada en el corazón de la capital aragonesa.

La inscripción en estas baldosas dice lo siguiente: Transeúnte, esta cruz bendita espera de ti una oración por los mártires de la guerra. RIP, un texto que de nuevo confiere a la guerra civil un halo de heroísmo y religiosidad al bando sublevado en el 36.

Cerámicas que se retirarán del monumento en la plaza Santa Cruz.

Cerámicas que se retirarán del monumento en la plaza Santa Cruz. / ANGEL DE CASTRO

El Gobierno de Aragón, también tras los requerimientos de un ciudadano y del senador Mulet, decidió instar al consistorio para su retirada. El servicio de Patrimonio Municipal redactó un informe para cumplir con la orden pero después la comisión de Patrimonio de la DGA ha tenido que autorizarlo al tratarse de una alteración en una zona declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

Según el informe municipal, el estado de conservación de cada azulejo, de 20 centímetros por lado, es «muy deficiente» debido a que han estado expuestas a las inclemencias del tiempo durante décadas. El monumento data de 1936, aunque se inauguró en 1937, en plena guerra civil española.

En total son 36 azulejos y su retirada y la restauración de los ladrillos de la base la llevarán a cabo conservadores-restauradores de bienes culturales. Las placas cerámicas se depositarán en la Unidad Técnica de Patrimonio del Ayuntamiento de Zaragoza.

Estos dos elementos, tanto los azulejos de la plaza Santa Cruz como las tres líneas de la inscripción en el Pilar, son las que el Gobierno de Aragón ha decidido retirar tras los requerimientos de Mulet y de un ciudadano.

Pero la DGA no tocará ni la señal en la plaza del Pilar que advierte del lugar exacto en el que cayó un obús a principios de agosto de 1936 ni las dos bombas que se exponen dentro del templo. No obstante, a pesar la negativa del Ejecutivo autonómico, desde el Senado les han requerido una justificación algo más rigurosa que la primera que dio, donde el Gobierno de Aragón se limitó a decir que la exhibición de los dos proyectiles «tiene como fin conmemorar el hecho ocurrido desde una perspectiva religiosa». No obstante, Mulet recuerda, apoyado en textos historiográficos, que «la cuestión del bombardeo del 3 de agosto de 1936 sobre la basílica del Pilar sirvió para legitimar la dictadura y la violencia contra el enemigo».

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